San José (AFP) – La dramática realidad centroamericana, con sus luchas violentas por el poder, corrupción desmedida, criminalidad pandillera y corrientes migratorias, es un terreno fértil para la literatura, dijo este lunes en Costa Rica el novelista nicaragüense Sergio Ramírez.
Hablando en una tertulia durante el festival literario Centroamérica Cuenta, Ramírez contó cómo esa historia de caos ha alimentado su propia creación literaria y la de otros autores, que a través de la ficción han narrado la realidad centroamericana.
«Para conocer a las dictaduras centroamericanas se puede leer El Señor Presidente», del guatemalteco Miguel Ángel Asturias, dijo Ramírez en la tertulia junto a su compatriota, Gioconda Belli.
«Si viviéramos en países sin sobresaltos, sin dictaduras, autoritarismo, represión, marginación social, corrupción desmedida, pandillas que asolan las ciudades, migraciones masivas» no habría mayores historias que contar de Centroamérica, comentó Ramírez.
Hizo una referencia indirecta a la situación de su país, donde el presidente Daniel Ortega enfrentó con represión violenta a una ola de manifestaciones que buscan su salida del poder desde hace más de un año.
«Si en Nicaragua tuviéramos elecciones democráticas cada cinco años, que el poder se entrega al ganador, que los jueces electorales fallaran con transparencia, no habría nada que contar», dijo entre la risa de los asistentes.
El festival Centroamérica Cuenta se realiza en San José por primera vez desde su creación debido a la crisis en Nicaragua.
Tanto Ramírez como Belli fueron figuras cercanas a Ortega durante la Revolución Sandinista, entre 1979 y 1990, y ambos escribieron libros que recuentan sus experiencias en esa etapa.
Actualmente, los dos incluso son duros críticas del poder de Ortega, con quien Ramírez incluso fue vicepresidente durante la revolución.
«La revolución creó expectativas enormes (…) había una visión benigna del proceso, la revolución proyectaba una imagen muy fuerte, tenía mucho carisma», y la presencia de escritores como Ramírez y el poeta Ernesto Cardenal sustentaban esa imagen, comentó Belli.
Ramírez destacó que el fin de la Revolución Sandinista, cuando entregó por los votos el poder que alcanzó con las armas, fue «el momento más hermoso, después del triunfo».
«A la literatura le interesa el poder desmedido, ambicioso, el que se convierte en locura», comentó Ramírez. «Es una locura que en Centroamérica nos ha tocado muy de cerca».