Calexico (Estados Unidos) (AFP) – El presidente estadounidense, Donald Trump, llegó este viernes a la localidad de Calexico, en la frontera con México, con un mensaje para los inmigrantes irregulares: Estados Unidos está «lleno».
Trump considera su cruzada contra la «crisis» en la frontera como un eje central de la campaña para la reelección en 2020, y su viaje a Calexico implica que su mensaje llegue a los titulares.
«Recién llegué a Calexico, en California», dijo en Twitter el presidente estadounidense tras aterrizar en la localidad situada a unos 300 kilómetros al sur de Los Ángeles, una semana después de que amenazara con cerrar la frontera.
En una reunión con una patrulla fronteriza, Trump dijo que «el sistema está lleno».
«Ya no los podemos acoger (…) nuestro país está lleno», afirmó el presidente estadounidense, que sostiene que las llegadas de migrantes y refugiados que huyen de América Central constituyen una emergencia nacional. «Den media vuelta, así es la cosa», añadió.
Trump visitó después una sección del muro que está siendo remodelada y que él busca que se extienda por los 3.000 kilómetros de frontera con México. «Es muy, muy difícil de escalar», dijo.
Del otro lado de la frontera, en Mexicali, unas 200 personas protestaron contra el presidente estadounidense con carteles como «Si tú construyes el muro mi generación lo va a tirar» o «Deja de separar a las familias».
Trump provocó un revuelo en sectores políticos y empresariales el viernes pasado al advertir a México que cerraría la frontera común «la próxima semana» y «durante mucho tiempo» si no detenía las caravanas de migrantes que se dirigen hacia el norte.
El presidente reculó el jueves y le dio un año a México para frenar el narcotráfico en la frontera antes de imponer aranceles a sus vehículos, aunque sin aclarar si la contención de los inmigrantes indocumentados también tenía ese plazo.
Horas después, Trump volvió el viernes a advertir a los periodistas que no ha cambiado de opinión, a pesar de que celebró en Twitter que México esté «por primera vez en décadas realizando arrestos importantes de ilegales en su frontera sur, antes de que los migrantes inicien su largo periplo hacia Estados Unidos».
«México ha hecho un trabajo fantástico en los últimos cuatro días, están deteniendo a todo el mundo, ayer detuvieron a 1.400 personas», dijo a los periodistas antes de volar hacia California, aunque en Twitter reiteró las amenazas de imponer aranceles del 25% a los coches procedentes de México en caso de incumplimiento.
Un 80% de las exportaciones de automóviles fabricados en México, importante pilar de su producción manufacturera, tienen como destino Estados Unidos y Canadá.
«Si eso no funciona, voy a cerrar la frontera», amenazó, señalando también que está evaluando establecer sanciones económicas por cerca de 500.000 millones de dólares por las drogas que entran a Estados Unidos.
– Un terremoto económico –
Este viernes un grupo de 20 fiscales generales de distintos estados anunciaron que presentaron una moción ante un tribunal en Oakland, California, para bloquear el desvío de 1.600 millones de dólares de fondos federales para erigir el muro que Trump quiere construir en la frontera.
El presidente asegura que hay una emergencia nacional por la afluencia de inmigrantes indocumentados y drogas y que se necesita una acción drástica, pero sus amenazas de un cierre de la frontera generaron preocupación incluso en su propio Partido Republicano, que advirtió sobre las graves consecuencias económicas que acarrearía semejante medida.
«Cerrar la frontera tendría un impacto potencialmente catastrófico para nuestro país y espero que no haga nada por el estilo», advirtió el líder de la mayoría republicana del Senado, Mitch McConnell.
La frontera entre Estados Unidos y México es de las más transitadas del mundo, con una circulación diaria de cientos de miles de personas y 1.700 millones de dólares en bienes agrícolas, industriales y otros productos de consumo.
Economistas, legisladores y empresarios dijeron esta semana que un cierre sería un terremoto económico que podría provocar miles de despidos, dejar vacías las góndolas de los supermercados en pocos días, clausurar plantas de automóviles y hacer pudrir cargamentos enteros de frutas y verduras.
Desde la puesta en marcha del Tratado Comercial de América del Norte en 1994, renegociado el año pasado a petición de Trump, las economías de los tres países están profundamente imbricadas.
México es la mayor fuente de importaciones agrícolas de Estados Unidos, con cerca de 2,7 millones de toneladas métricas de envíos hacia el norte que nutren al país de alimentos en los meses más fríos en los que los consumidores pueden seguir comiendo sandías, tomates y aguacates.
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Pese a las amenazas, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador aseguró que la relación es «muy buena» y llamó a los inversores a que estén «tranquilos».