Buenos Aires (AFP) – El músico británico Roger Waters fue distinguido este jueves por el parlamento comunal de Buenos Aires, a raíz de su labor humanitaria para que se pudiese identificar a soldados argentinos muertos en la guerra contra el Reino Unido por las Islas Malvinas en 1982.
Waters dijo saber «de la enorme cantidad de trabajo que se ha hecho para llevar a 102» el número de combatientes identificados, sobre un total de 122 que figuraban como NN (ningún nombre) en el cementerio Darwin de las islas aún bajo disputa.
«Tenemos que ir por los 20 (que faltan)», alentó Waters.
«No debe haber una gota más de sangre derramada por ninguno de nuestros hijos por las aspiraciones imperiales de las monarquías europeas muertas hace mucho tiempo», dijo el músico durante la ceremonia, según atestiguó la AFP.
Waters, exlíder de la legendaria banda Pink Floyd, fue galardonado como «Huésped de Honor» de la capital argentina. El primer show en el país, parte de una gira por Sudamérica, fue el martes ante una multitud, en un estadio de la ciudad de La Plata, a 60 km al sur.
Durante el recital, el roquero rindió homenaje a las Madres de Plaza de Mayo, que lucharon por hallar a sus hijos desaparecidos en la dictadura (1976-83) y llevar ante los tribunales a los responsables de graves violaciones a los derechos humanos.
El artista cooperó como nexo entre ambos gobiernos para que fuesen identificadas las tumbas de soldados fallecidos en Malvinas, en un prolongado operativo del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
En la guerra de 1982, Argentina sufrió 649 bajas y Reino Unido tuvo 255, en 74 días de combates.
Argentina perdió el control de las Islas Malvinas en 1833 al ser ocupadas por militares británicos. Tropas del entonces dictador argentino Leopoldo Galtieri (1981-82) fueron derrotadas en la guerra iniciada el 2 de abril de 1982 con un desembarco para recuperar las islas.
Buenos Aires reclama a Londres que cumpla una resolución de Naciones Unidas de 1965, que pide a los dos países negociar sobre las islas.
Gran Bretaña rechaza la negociación de soberanía, con el argumento de que la población de las islas, de casi 3.000 habitantes, se pronunció en forma mayoritaria a favor de mantener la ciudadanía británica, en un referéndum en 2013.