Madrid (AFP) – Vencida la resistencia a pagar por las noticias en internet, los diarios latinoamericanos cuentan ya con un número importante de suscriptores digitales y, mientras recurren a otras soluciones, reclaman cobrar derechos de autor de Google, Twitter o Facebook.
Las cabeceras históricas del continente que asisten a la 78ª Asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) que se celebra en Madrid hasta este domingo, ven la luz al final del túnel de la transición a un nuevo modelo, el digital.
«La gente hace 10 años no estaba dispuesta a pagar una suscripción, hoy sí», explicó a la AFP Nicolás de Anchorena, del departamento de relaciones externas del Grupo Clarín de Argentina, que recibe el nombre del histórico diario.
A día de hoy, esta cabecera argentina roza los 600.000 suscriptores digitales, afirma Anchorena, que cree que «la sustentabilidad a largo plazo» pasa por ahí.
Andrés Mompotes, director general del diario colombiano El Tiempo, explica a la AFP que su medio ha «superado los momentos más críticos derivados de todos estos retos digitales que se le plantearon a la prensa».
Escuelas de periodismo, arenas, tarjetas descuento… –
Mompotes remarca que los 100.000 suscriptores que mantiene todavía la edición en papel les han dado «tranquilidad» para una «transición económica segura», pero que la viabilidad económica pasa por «la combinación de muchas cosas».
Por ejemplo, en el caso de El Tiempo, de una «escuela de formación de periodismo multimedia que también utilizamos para hacer cursos de escritura o de manejar redes sociales», explica Mompotes.
Muchos dan tarjetas de descuento a sus suscriptores, y el histórico periódico argentino La Nación construyó un miniestadio en Buenos Aires con capacidad para 15.000 personas, el Movistar Arena, explicó en Madrid el director del diario, Ferrán Saguier.
«Nos diversificamos de muchas maneras, pero siempre tuvimos claro que, si no invertíamos en un mejor periodismo de calidad y relevante, ninguno de esos nuevos negocios prosperaría», puntualizó Saguier, haciéndose eco de un afán unánimemente expresado en la asamblea de Madrid, el de un periodismo bueno.
Un periodismo por el que valga la pena pagar –
En esa línea, A.G. Sulzberger, director del diario estadounidense The New York Times, que, con 8 millones, presume de ser el diario con más suscriptores digitales del mundo, explicó que la clave del éxito es hacer «un periodismo por el que valga la pena pagar».
«Sé que suena engañosamente simple», añadió Sulzberger en una intervención por videoconferencia, pero lo importante es «el carácter distintivo y la calidad de lo que ofrecemos».
Si parece imposible que vuelvan un día a recuperar la publicidad que se trasladó a Google, Facebook o Twitter, los medios tradicionales aspiran a ser recompensados por los contenidos suyos que acaban en estas grandes empresas tecnológicas.
«Sin noticias, ¿qué aspecto tendrían?» esas plataformas, se preguntó Fabrice Fries, presidente de AFP (Agence France-Presse), que llegó a un acuerdo con Google para el pago de derechos de autor tras dos años de negociaciones, posibles por la aprobación, en 2019, de una directiva europea que les daba amparo.
Esta directiva pretendía corregir una situación en la que estas plataformas se lucran con contenidos ajenos, ya sea directamente, a través de la publicidad, o indirectamente, mediante la recopilación de datos de los lectores.
«Es posible llegar a acuerdos con plataformas, AFP es un buen ejemplo de ello», afirmó Fries, que advirtió que esos acuerdos «son un reconocimiento a la información de calidad, pero no la solución milagrosa a la crisis de la prensa».
«Estamos hablando de millones», sostuvo el presidente de AFP, «cuando la reducción de la publicidad restó miles de millones» de ingresos.
Google ya llegó a acuerdos comerciales con medios de Brasil, Colombia, España o Argentina a través de su plataforma de noticias News Showcase, pero los diarios latinoamericanos insisten en reclamar un trato más «equitativo» a las grandes empresas tecnológicas, en palabras de Mompotes.
Las plataformas dan visibilidad a los medios pero «nos necesitan para llevar información veraz a sus usuarios: es una relación simbiótica», sentenció el director de El Tiempo.