Desde pistolas hasta armas antiaéreas ilegales son destruidas en México
Foto de rifles calibre .50 y ametralladoras antiaéreas tomadas durante la destrucción de armas de fuego confiscadas a delincuentes o entregadas por personas, en el Campo Militar 1-A, en Ciudad de México, el 1 de agosto de 2017. © AFP Bernardo Montoya

México (AFP) – Millares de pistolas, rifles de asalto y hasta ametralladoras antiaéreas que fueron incautadas a criminales en todo México o entregadas por ciudadanos fueron destruidas este martes en un campo militar de la capital del país.

Las armas, que incluían fusiles de asalto AK-47, subametralladoras, fusiles Barrett calibre .50, entre otros, fueron inspeccionadas, desensambladas y cortadas en plena ceremonia haciendo uso de potentes sierras eléctricas circulares y otras herramientas.

En total fueron 2.620 las armas desmontadas y destruidas en el acto, el decimotercero efectuado por autoridades militares, que entre el 24 y el 31 de julio eliminaron otras 17.769 en ceremonias similares en diversos estados del país, informó el ministerio de Defensa Nacional en un comunicado.

El subsecretario de Defensa de México, general Gilberto Hernández, detalló que la mayor parte del armamento de guerra fue arrebatado a la delincuencia organizada que se dedica al tráfico de drogas y personas, así como al robo de combustible, pero también al comercio ilegal de estas mismas armas de fuego.

«El tráfico de armas se encuentra entre las tres primeras fuentes de ingresos de los grupos delincuenciales», subrayó Hernández, precisando que estas ingresan principalmente por las fronteras sur y norte del país.

Destacó que en los cuatro estados de Estados Unidos que hacen frontera con México se concentra un tercio del total de armerías que existen en el país vecino, donde se compran legalmente para ser luego ingresadas a territorio mexicano.

«A través de operación hormiga es como esas armas entran a nuestro territorio y se convierten en la fuerza de los grupos delincuenciales», afirmó Hernández.

Los decomisos de armamento de diverso tamaño y calibre son comunes en México, como parte de los numerosos operativos que policías y militares llevan a cabo en todo el país desde hace una década en el marco de una violenta ofensiva gubernamental contra el crimen organizado.

Desde 2007 el país ha registrado más de 188.000 homicidios, según cifras del gobierno que no aclaran cuántas víctimas están relacionadas con las bandas criminales.