Campeche (México).- En una reciente exploración arqueológica en el centro de Campeche, un equipo liderado por el arqueólogo esloveno Ivan Šprajc ha realizado hallazgos que subrayan la diversidad y peculiaridades regionales de la cultura maya.
Este proyecto, parte de la iniciativa «Ampliando el panorama arqueológico de las Tierras Bajas Mayas centrales», cubrió un área extensa y despoblada, caracterizada por su diversidad geográfica, que incluye humedales y terrenos rocosos.
Durante los meses de abril y mayo de 2024, la expedición se adentró en la jungla mediana del municipio de Calakmul, extendiéndose desde la región de los Chenes hasta los poblados de Conhuás y Constitución.
Este estudio, autorizado por el Consejo de Arqueología del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y financiado por la Agencia Eslovena de Investigación e Innovación, así como por la Milwaukee Audubon Society, se concentró en un área de aproximadamente 140 kilómetros cuadrados dentro de la Reserva de la Biosfera Balam Kú.
Comparando con los datos obtenidos en 2023 mediante escaneo láser aerotransportado, la presente temporada no reveló la presencia de grandes sitios arqueológicos como en expediciones anteriores.
Sin embargo, se identificaron características geográficas que, al parecer, hicieron que la región fuera menos propicia para la agricultura intensiva y, por ende, menos densamente poblada en la antigüedad.
«No encontramos muchas terrazas de cultivo ni grandes canales de irrigación, y los asentamientos descubiertos son modestos, con pocos edificios grandes o monumentos elaborados», explicó Šprajc.
A pesar de estas limitaciones, los hallazgos sugieren una ocupación continua durante los periodos Clásico Tardío y Terminal (600-1000 d.C.), posiblemente debido a migraciones derivadas del crecimiento demográfico en áreas vecinas más fértiles.
Estos datos preliminares parecen confirmar que la cultura maya en esta región fue menos elaborada comparada con otras zonas más al sur o al norte, como el Petén o Chactún.
Entre los descubrimientos más notables de esta temporada se encuentra un grupo de estructuras en un cerro cerca del sitio Nadzcaan, descubierto en los años 90. Este conjunto incluye una plaza principal irregular cerrada por estructuras alargadas y una pirámide principal en el lado poniente.
Curiosamente, se encontró un canal antiguo que originalmente drenaba agua acumulada en la plaza, pero que fue obstruido en remodelaciones posteriores.
Además, el equipo investigó otro sitio importante que, aunque no extenso, tenía una relevancia sociopolítica significativa. Este lugar cuenta con un centro cívico-ceremonial y una cancha de juego de pelota con una subestructura que podría datar del Clásico Temprano (200-600 d.C.).
En otro sitio cercano, sobre una elevación natural, se descubrió una pirámide de 16 metros de altura, en cuya cumbre se encontraron ofrendas cerámicas y restos que representan partes de animales.
Estos descubrimientos no solo enriquecen nuestro entendimiento de las prácticas culturales y sociales de los mayas en esta región menos explorada, sino que también plantean nuevas preguntas sobre las adaptaciones y estrategias de subsistencia en entornos desafiantes.
La investigación en curso y el análisis detallado del material recolectado prometen seguir revelando los secretos de una civilización que, a pesar de las adversidades, logró moldear su entorno de maneras innovadoras y duraderas.