Santiago (Chile).- Un equipo internacional de astrónomos ha identificado un fenómeno sorprendente que podría explicar cómo los agujeros negros supermasivos alcanzan dimensiones colosales. 

Según la investigación más reciente, un viento magnético giratorio es fundamental en el proceso de crecimiento del agujero negro central en la galaxia ESO320-G030, situada a solo 120 millones de años luz de la Tierra.

La galaxia en cuestión es conocida por su alta actividad y su capacidad para formar estrellas diez veces más rápido que nuestra propia Vía Láctea. Esta característica la convierte en un laboratorio perfecto para estudiar fenómenos extremos en el universo. 

La mayoría de las galaxias, incluida la Vía Láctea, albergan un agujero negro supermasivo en su núcleo, pero los detalles de cómo estos gigantes cósmicos crecen tanto han permanecido en gran medida como un misterio para los científicos.

El descubrimiento fue posible gracias al uso del Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA), una instalación astronómica avanzada que permite estudiar longitudes de onda de luz que son inaccesibles para otros telescopios. 

ALMA es un proyecto internacional con participación de múltiples países, incluidos miembros europeos, estadounidenses, japoneses y cooperación con la República de Chile.

El estudio, realizado con ALMA, se centró en medir la luz emitida por moléculas de cianuro de hidrógeno (HCN), las cuales fueron arrastradas por los vientos desde el centro de la galaxia. Estas moléculas, ocultas entre capas densas de polvo y gas, revelaron patrones de movimiento que indican la presencia de un viento giratorio y magnetizado. 

A diferencia de otros vientos y chorros que tienden a expulsar material del núcleo de las galaxias, este viento particular parece estar alimentando al agujero negro, facilitando su crecimiento.

Mark Gorski, autor principal del estudio y miembro del Centro de Exploración e Investigación Interdisciplinaria en Astrofísica de la Universidad Northwestern, y afiliado al Departamento de Espacio, Tierra y Medio Ambiente de la Universidad Tecnológica de Chalmers en Suecia, explica que este proceso es reminiscente de cómo las estrellas y los planetas crecen en las primeras etapas de su formación. 

«Está bien establecido que las estrellas, en las primeras etapas de su evolución, crecen con la ayuda de vientos giratorios acelerados por campos magnéticos», dijo Gorski.

 «Nuestras observaciones sugieren que los agujeros negros supermasivos y las estrellas pueden crecer mediante procesos similares, pero en escalas muy diferentes».

Este hallazgo no solo proporciona una visión crucial sobre el crecimiento de los agujeros negros supermasivos sino que también plantea nuevas preguntas sobre la dinámica de las galaxias y el papel que los campos magnéticos juegan en el cosmos. 

La investigación ha sido publicada en la revista «Astronomy & Astrophysics», marcando un avance significativo en nuestra comprensión del universo.

Este descubrimiento pone de relieve el valor de las colaboraciones internacionales en la ciencia y el papel esencial de la tecnología avanzada en la exploración del espacio. Con cada respuesta obtenida, el universo revela aún más misterios, manteniendo vivo el interés y la curiosidad de la comunidad científica internacional.