Cobá (México).- En un reciente hallazgo en la Zona Arqueológica de Cobá, Quintana Roo, arqueólogos han descubierto una de las inscripciones jeroglíficas más extensas y significativas de la región.
La arqueóloga Ana Calderón, durante un recorrido de superficie, se percató de una escalinata esculpida que, tras una limpieza minuciosa, reveló ser la parte lateral de esta impresionante pieza arqueológica, ahora conocida como la «Roca de la Fundación».
Este monumento, con cerca de 1.500 años de antigüedad, ha sido objeto de intervención por parte del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para garantizar su preservación.
Importancia del descubrimiento y trabajos de conservación
Al finalizar la temporada de campo del proyecto arqueológico, que ha coincidido con las obras del Tren Maya, se han redoblado esfuerzos para estabilizar el soporte pétreo de esta roca.
Bajo la dirección de Manuel Eduardo Pérez Rivas, el equipo ha revelado nombres de sitios, gobernantes y deidades previamente desconocidos en Cobá. Eunice Corazón Peralta de Dios, responsable de la conservación, ha enfrentado desafíos significativos debido a la erosión y las sales que dificultan la lectura de los pasajes.
La inscripción abarca medidas impresionantes de 4.30 metros de ancho por 3.50 de alto y consta de 123 cartuchos jeroglíficos dispuestos en 12 columnas y 13 filas. Detalles sutiles han sido extraídos gracias al análisis de modelos tridimensionales y fotografías con luz rasante, proporcionando una mayor comprensión del texto.
Procedimientos técnicos y futuros planes
El proceso de restauración ha incluido técnicas meticulosas de limpieza y la eliminación de elementos dañinos como raíces pequeñas dentro de la roca.
Los alveolos y cavidades en la piedra caliza han sido rellenados con inyecciones de mortero de cal para prevenir futuros deterioros.
Además, se planea la instalación de una cubierta protectora para combatir los efectos de las sales endurecidas.
Nuevas revelaciones históricas y continuación de los estudios
El epigrafista Octavio Esparza Olguín ha destacado que la inscripción comienza con una fecha específica del año 569 d.C., relacionada con la fundación de un sitio llamado Kehwitznal, lo que podría corresponder al antiguo nombre del grupo Nohoch Mul. Esta inscripción también menciona la entronización de un gobernante cuyo nombre se ha identificado por primera vez.
Se ha establecido una conexión entre este texto y otros hallazgos en la región, lo que sugiere una relación más amplia entre los sitios mayas y sus dinastías.
La investigación continúa y promete modificar y enriquecer nuestra comprensión de la historia maya, proporcionando una perspectiva más detallada sobre sus estructuras sociales y culturales.
Este hallazgo no solo subraya la riqueza arqueológica de México sino también la importancia de la arqueología para descifrar los enigmas de civilizaciones pasadas.