Santiago (Chile).- En un avance sin precedentes en la astroquímica, un equipo científico ha desentrañado procesos químicos cruciales que ocurren durante la formación de nuevas estrellas.
Mediante el uso del Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA), los astrónomos han observado detalladamente la protoestrella variable B335, situada a 537 años luz de la Tierra, durante un raro estallido de brillo, proporcionando una perspectiva única sobre los elementos básicos de la vida en el universo.
Las estrellas, como B335, una joven estrella en su fase inicial, crecen episódicamente. Normalmente, su masa aumenta lentamente, pero este proceso es interrumpido ocasionalmente por eventos dramáticos en los cuales grandes cantidades de materia caen sobre la estrella, incrementando significativamente su brillo.
Este aumento de brillo tiene el efecto de calentar el polvo circundante y liberar moléculas orgánicas complejas (MOC) que estaban previamente congeladas, pasando a formar parte del gas que rodea a la estrella.
Lo sorprendente del reciente estudio es la observación de que, tras finalizar el estallido, las MOC no retornaron a su estado congelado sobre el polvo tan rápidamente como se anticipaba.
«Este descubrimiento desafía las suposiciones previas sobre la escala temporal en la que estas moléculas se congelan nuevamente», explicó Jeong-Eun Lee, investigador principal del estudio y profesor en la Universidad Nacional de Seúl.
«La presencia prolongada de COM en fase gaseosa nos ofrece un vistazo a los procesos químicos dinámicos y complejos que se producen alrededor de las estrellas jóvenes».
Este estudio no solo marca el primer seguimiento en tiempo real de los cambios moleculares a lo largo de un ciclo de explosión, sino que también destaca la sensibilidad sin precedentes de ALMA, que permite observar estos fenómenos con gran detalle.
El seguimiento continuo de B335 ayudará a descubrir más sobre las escalas de tiempo de enfriamiento del gas, las reacciones químicas y las interacciones entre los granos de polvo y las moléculas gaseosas.
En el campo de la astronomía, a diferencia de las ciencias de laboratorio, no es posible realizar experimentos directos en el cosmos. Sin embargo, eventos como el observado en B335 funcionan como «experimentos naturales» que proporcionan información vital sobre cómo los ingredientes esenciales para la vida podrían evolucionar en los viveros estelares.
«Al integrar los resultados de ALMA con futuros datos del Telescopio Espacial James Webb (JWST) sobre el componente de hielo de los COM en B335, esperamos comprender completamente la química de estas moléculas», añadió Yao-Lun Yang, coautor del estudio y miembro del equipo de investigación del RIKEN.
Publicados en la revista Astrophysical Journal Letters bajo el título «Un laboratorio natural para la astroquímica, una protoestrella variable B335», estos hallazgos abren un emocionante nuevo capítulo en el estudio de la astroquímica. Nos permiten entender mejor cómo se forman y transforman los bloques constructivos de la vida en el universo, marcando un hito en nuestra comprensión del cosmos y sus procesos más fundamentales.