Washington (DC).- Casi un siglo después de su desaparición, se cree haber encontrado parte de los restos de Andrew Comyn “Sandy” Irvine en el Everest, un hallazgo que podría cerrar uno de los mayores misterios en la historia del alpinismo.
El equipo responsable del descubrimiento incluye al escalador y cineasta galardonado Jimmy Chin y sus colegas Erich Roepke y Mark Fisher. Durante una expedición reciente, encontraron lo que parece ser el pie de Irvine, identificado por un calcetín con su nombre, a una altitud menor que donde se descubrieron los restos de su compañero, George Mallory, en el glaciar Central Rongbuk de la cara norte del Everest.
Este descubrimiento, que ahora está bajo la custodia de la Asociación de Montañismo del Tíbet Chino, ha sido comunicado a instituciones relevantes como la Royal Geographical Society y familiares de Irvine, marcando un posible punto final al enigma que rodea su destino desde el 8 de junio de 1924, cuando desapareció junto a Mallory mientras intentaban ser los primeros en coronar el pico más alto del mundo.
Jimmy Chin, un veterano de National Geographic y del equipo de The North Face, ha sido una figura prominente en el mundo del alpinismo y la cinematografía durante las últimas dos décadas. Chin y su esposa, Elizabeth Chai Vasarhelyi, han dirigido documentales aclamados como «Free Solo», ganador del Oscar en 2019. El hallazgo fue parte de una expedición financiada por National Geographic Documentary Films para un próximo documental que ambos están preparando.
«Este ha sido un momento monumental y emotivo para nosotros y para todo nuestro equipo sobre el terreno, y lo único que esperamos es que esto pueda aportar por fin tranquilidad a sus familiares y al mundo del alpinismo en general», dijo Chin.
La noticia también ha sido recibida con emoción por Julie Summers, sobrina nieta y biógrafa de Irvine, quien destacó la importancia del descubrimiento durante el centenario de la desaparición de Irvine.
Summers, quien ha vivido con la leyenda del «tío Sandy» desde su infancia, expresó un profundo movimiento emocional al confirmarse el hallazgo, especialmente significativo al ser encontrado el nombre de Irvine en la etiqueta del calcetín.
«Cuando Jimmy me dijo que había visto el nombre de A.C. Irvine en la etiqueta del calcetín que había dentro de la bota, se me saltaron las lágrimas», dijo Summers. «Fue y seguirá siendo un momento extraordinario y conmovedor».
El profesor Joe Smith, director de la Royal Geographical Society, reiteró el valor histórico y personal de este descubrimiento, enfatizando la contribución significativa de Sandy Irvine a la comprensión del Everest y del Himalaya, agradeciendo a Chin y su equipo por su respeto y profesionalismo.
Este hallazgo no solo potencialmente resuelve un misterio que ha capturado la imaginación de alpinistas e historiadores por décadas sino que también abre nuevas preguntas sobre la historia de la exploración en el Everest.
La comunidad alpinista, aún dividida sobre si Irvine y Mallory alcanzaron la cima antes de su desaparición, quizás encuentre en este descubrimiento nuevas pistas para reconstruir los últimos momentos de esta histórica ascensión.
Mientras el mundo espera más detalles y la confirmación a través de pruebas de ADN, este episodio resalta la interminable fascinación por el Everest y las historias personales de quienes se atreven a explorarlo.