Madison (Wisconsin).- En un descubrimiento sin precedentes que desafía nuestra comprensión de la formación estelar, un equipo internacional de astrónomos ha identificado por primera vez discos y chorros gemelos en un sistema de estrellas jóvenes. 

Este hallazgo, realizado mediante la combinación de observaciones del Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA) y del Instrumento de Infrarrojo Medio (MIRI) del Telescopio Espacial James Webb (JWST), ha revelado detalles nunca antes vistos en el sistema estelar WL20, ubicado en el complejo de nubes moleculares rho Ophiuchi, a más de 400 años luz de distancia.

La colaboración entre ALMA y MIRI del JWST, que observan partes muy diferentes del espectro electromagnético, ha sido crucial para este descubrimiento. 

«Lo que encontramos fue absolutamente descabellado», afirma la astrónoma Mary Barsony. 

«Sabíamos que el sistema WL20 existía desde hace mucho tiempo, pero lo sorprendente fue descubrir que una de las estrellas, que parecía mucho más joven que las otras, era en realidad dos estrellas con discos individuales, cada uno emitiendo chorros paralelos.»

Los discos fueron detectados por ALMA, mientras que los chorros fueron descubiertos por MIRI. Valentin J.M. Le Gouellec, coautor del estudio, utilizó datos de archivo de ALMA para analizar la composición de estos discos. 

Paralelamente, Lukasz Tychoniec del Observatorio de Leiden proporcionó imágenes de alta resolución que demostraron que cada disco tiene un tamaño colosal, aproximadamente cien veces la distancia entre la Tierra y el Sol. Martijn L. van Gelder, otro coautor, ayudó a procesar los datos recogidos por MIRI, que revelaron detalles sobre la composición química de los chorros.

«Si no fuera por MIRI, ni siquiera sabríamos que estos chorros existen», añade Barsony. 

La estructura de los discos, observada con alta resolución por ALMA, mostró características que, sin conocimiento de los chorros gemelos, podrían haber sido malinterpretadas simplemente como un gran borde en el disco con un agujero central.

Este descubrimiento no solo es notable por los objetos observados, sino también por cómo se logró. 

«Gran parte de nuestra investigación sobre protoestrellas binarias se centra en unas pocas regiones cercanas», explica Michael Ressler, científico del JPL. 

«Originalmente, había dividido mi tiempo de observación con JWST en varios proyectos menores, uno de los cuales era estudiar binarias en la región de formación estelar de Perseo. Sin embargo, introduje a WL20 casi de manera clandestina en mi agenda, sin imaginar el golpe de suerte que tendríamos al descubrir algo tan impactante».

Este descubrimiento, presentado recientemente en la 244ª Reunión de la Sociedad Astronómica Estadounidense, destaca los complejos procesos que pueden ocurrir en la formación de sistemas estelares múltiples y el potencial de futuras investigaciones con tecnologías avanzadas como la Actualización de Sensibilidad de Banda Ancha de ALMA, que permitirán seguir explorando estos misterios.

El Telescopio Espacial James Webb, liderado por la NASA junto con la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia Espacial Canadiense (CSA), continúa siendo una herramienta esencial en la exploración del cosmos, revelando los misterios de nuestro universo y proporcionando una ventana inigualable hacia la formación estelar y los sistemas planetarios.