Santiago (Chile).- El Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA), el renombrado observatorio astronómico, ha dado un paso gigante en nuestra comprensión de la formación de los sistemas planetarios al observar una alta concentración de granos de polvo planetario más allá de las órbitas de los planetas recién formados. 

Este hallazgo, liderado por el investigador Kiyoaki Doi, proporciona evidencias significativas sobre cómo los planetas interactúan con su entorno para facilitar la creación de nuevos planetas.

Doi, quien inició este estudio como estudiante de doctorado en el Observatorio Astronómico Nacional de Japón (NAOJ) y la Universidad de Estudios Avanzados de SOKENDAI, y ahora investigador postdoctoral en el Instituto Max Planck de Astronomía, utilizó las capacidades de alta resolución de ALMA para examinar el disco protoplanetario que rodea a la joven estrella PDS 70. 

Esta estrella es única, albergando dos planetas confirmados mediante observaciones ópticas e infrarrojas dentro de su disco protoplanetario.

El equipo de investigación ha revelado una acumulación localizada de granos de polvo, los componentes fundamentales de los planetas, en regiones más allá de las órbitas de los planetas conocidos. 

Estos resultados sugieren que los planetas ya formados no solo existen en su ubicación actual, sino que también juegan un papel crucial en acumular material para la posible formación de nuevos planetas. Este proceso podría ser similar al observado en nuestro propio sistema solar y en otros sistemas planetarios múltiples descubiertos hasta la fecha.

La observación crucial fue posible gracias al uso de ALMA para captar emisiones a una longitud de onda de 3 mm, que son más transparentes en comparación con otras mediciones, permitiendo una visión más clara y confiable de la distribución de los granos de polvo. 

Estas observaciones contrastan y complementan datos previos obtenidos a una longitud de onda de 0,87 mm, que sugerían una distribución en forma de anillo, pero no podían confirmar la concentración exacta de los granos debido a la posible opacidad.

Los resultados indican que la interacción entre los planetas ya formados y el disco circundante es dinámica y potencialmente catalizadora de más formaciones planetarias. 

«La observación de múltiples longitudes de onda nos ha permitido discernir con mayor precisión cómo los componentes de este sistema celestial interactúan entre sí», dijo Doi. 

«Cada longitud de onda nos da una perspectiva diferente, esencial para entender la estructura y la evolución del disco protoplanetario en su conjunto»

Este estudio no solo enriquece nuestro entendimiento del mecanismo de formación de planetas, sino que también pone de relieve la importancia de las colaboraciones internacionales y la utilización de tecnología avanzada en la astronomía moderna. 

Con más de 5,000 planetas identificados dentro y fuera de nuestro Sistema Solar, cada nuevo descubrimiento como este nos acerca un paso más a comprender el vasto y misterioso universo en el que vivimos.