Lima (AFP) – La figura gigante de un felino, de unos 2.000 años de antigüedad y a punto de desaparecer, es el nuevo atractivo de las milenarias Líneas de Nasca en Perú, que volverán a recibir turistas en noviembre.
La imagen del felino con orejas puntiagudas de unos 37 metros, que parece un gato gigante, fue descubierta recientemente con apoyo de drones en una pendiente en medio de las pampas de Nasca, donde se encuentra el resto de geoglifos, informó el ministerio de Cultura.
«La figura apenas era visible y estaba a punto de desaparecer debido a que se localiza en una ladera de pendiente bastante pronunciada y a los efectos de la erosión natural», detalló el ministerio.
El dibujo apareció por azar cuando se efectuaban labores de limpieza en la zona, un lugar que alberga a decenas de otros geoglifos con figuras de animales como monos y pelícanos.
Las Líneas de Nasca se hallan a unos 400 kilómetros al sur de Lima y el lugar está cerrado al turismo desde hace siete meses por la pandemia del nuevo coronavirus. Será reabierto el 10 de noviembre.
El felino está representado con el cuerpo de perfil y la cabeza de frente, y la mayor parte de sus trazos están bien definidos por una línea de ancho variable de entre 30 y 40 centímetros.
«Representaciones de felinos de este tipo son frecuentes en la iconografía de la cerámica y los textiles de la sociedad Paracas», destacó el ministerio.
Los habitantes de la civilización de la cultura Nasca ocuparon la zona desde el año 200 hasta el 700 de la era cristiana.
Las famosas Líneas de Nasca, reconocidas como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, son geoglifos de más de 2.000 años de antigüedad con figuras geométricas y de animales, que sólo pueden ser apreciadas desde el cielo.
El real significado de los geoglifos es un enigma: algunos investigadores las consideran un observatorio astronómico, otros un calendario.