Quito (AFP) – Decenas de ecuatorianos protagonizaron el miércoles un plantón frente a la casa presidencial para exigir el retiro de la nacionalidad otorgada al creador de WikiLeaks, Julian Assange, asilado en la embajada de Ecuador en Londres.
«Nuestra nacionalidad se respeta», expresó a la prensa la asambleísta Paola Vintimilla, quien sostiene que hubo irregularidades en la naturalización de Assange, asilado en la legación desde 2012 y que ahora teme ser extraditado a Estados Unidos.
Vintimilla, del Partido Social Cristiano (PSC, derecha), convocó al plantón ante el Palacio de Carondelet, sede del Ejecutivo en el centro colonial de Quito, tras proponer ante la Asamblea Nacional el retiro de la nacionalidad para el australiano, concedida en diciembre pasado.
En la protesta participaron varias decenas de personas que gritaron «Assange no es ecuatoriano».
También mostraron una pancarta con un mensaje dirigido al presidente Lenín Moreno: «Le exigimos le quite la nacionalidad a Julian Assange».
Pero los detractores de Assange debieron compartir el espacio de la plaza de la Independencia, frente a Carondelet, con algunos partidarios del exmandatario Rafael Correa (2007-2017), cuyo gobierno entregó el asilo diplomático al fundador de WikiLeaks.
Los correístas expresaron su respaldo a Assange, de 47 años, sin que se produjeran incidentes entre ambos bandos, que estuvieron separados por policías.
Vintimilla señaló que el australiano no se merece la nacionalidad ecuatoriana porque «ha despreciado» al país.
Assange teme ser extraditado a Estados Unidos por difundir miles de secretos oficiales de esa nación a través de su página web.
Además la justicia del Reino Unido mantiene una orden de detención en su contra por incumplir obligaciones de su libertad condicional cuando era acusado de delitos sexuales supuestamente cometidos en Suecia, donde las causas no prosperaron y por lo cual se refugió en la embajada ecuatoriana.
El Reino Unido se niega a conceder un salvoconducto para que el australiano pueda salir sin problemas de la legación, por lo que Ecuador también le otorgó en diciembre rango diplomático, lo que no fue reconocido por Londres.
La justicia ecuatoriana deberá resolver en los próximos días, en segunda y última instancia, la apelación al rechazo a una demanda constitucional de Assange para que sean suspendidas normas impuestas por Quito para sus visitas, comunicaciones y salubridad durante su asilo.
El incumplimiento de las reglas derivará en la «terminación del asilo», de acuerdo con el protocolo especial con las disposiciones que están en vigencia desde mediados de octubre.