París (AFP) – ¿Habrá un juicio contra Air France y Airbus por el accidente aéreo del vuelo Río-París de 2009? La fiscalía general y los familiares de las víctimas intentarán este jueves convencer a la corte de apelaciones de París de anular un sobreseimiento acordado a la aerolínea y al constructor de aviones.
La decisión de la corte, que no se dará a conocer antes de varias semanas, será el fruto de debates que tendrán lugar el jueves a puertas cerradas en la capital francesa, cerca de doce años después del accidente del vuelo AF447.
El 1 de junio de 2009, un Airbus A330 que cubría la ruta Río de Janeiro-París se estrelló en el Océano Atlántico. Todos los pasajeros y miembros de la tripulación — 228 personas de 34 nacionalidades diferentes — murieron en el accidente, el peor en la historia de la aerolínea francesa.
En agosto de 2019, después de una década de investigaciones y querellas de expertos sobre las causas del siniestro, jueces de instrucción franceses pronunciaron un sobreseimiento contra Airbus y Air France, que habían sido imputados en 2011 por «homicidio involuntario».
No obstante, el ministerio público francés se pronunció a favor de un juicio contra las dos empresas.
«Comenzábamos a perder la esperanza y ahora entrevemos la posibilidad de un juicio», dijo a la AFP Danièle Lamy, presidenta de la asociación Entraide et Solidarité AF447 (Ayuda y Solidaridad AF447).
Alain Jakubowicz, uno de los abogados de la asociación, que reúne a casi todos los familiares de las víctimas francesas, agradeció el «apoyo jurídico y moral muy valioso» del ministerio público.
«En esta fase, no se trata de decidir si Airbus o Air France son culpables, sino de [examinar] las pruebas que justifican un juicio. Eso es lo único que piden las familias: que haya un debate contradictorio», dijo.
«Errores de pilotaje» –
En su auto de sobreseimiento del 29 de agosto de 2019, los magistrados consideraron que el accidente se debía «claramente a una combinación de elementos que nunca se habían producido y que, por tanto, ponían de manifiesto peligros que no se habían percibido antes».
Las investigaciones «no condujeron a la caracterización de un fallo culpable por parte de Airbus o Air France en relación con (…) los errores de pilotaje (…) en el origen del accidente», estimaron.
Según los informes de peritos, la congelación en vuelo de las sondas de velocidad Pitot provocaron una perturbación en las mediciones de velocidad del Airbus A330 y desorientó a los pilotos hasta que perdieron el control del avión.
El ministerio público, en cambio, considera que la compañía «cometió negligencia e imprudencia» al no facilitar a sus pilotos información suficiente sobre el procedimiento a adoptar en caso de anomalías relacionadas con las sondas, que permiten controlar la velocidad del avión, tras varios incidentes del mismo tipo en los meses anteriores.
En cuanto a Airbus, el ministerio público considera que el constructor europeo subestimó «la peligrosidad de los incidentes anemométricos tras la congelación de las sondas», según el diario Le Parisien.
Tras la imputación de Air France y Airbus en 2011, las investigaciones se prolongaron por una batalla entre peritos, impugnadas por las partes civiles que los acusaban de corporativismo ya que procedían del mundo de la aeronáutica.
Mientras que un primer informe de 2012 había concluido que hubo fallos de la tripulación, problemas técnicos y falta de información de los pilotos sobre la congelación de la sonda, un contraperitaje, solicitado por el fabricante, apuntaba a una «reacción inadecuada de la tripulación» y a fallos de Air France.
Las partes civiles habían obtenido la anulación de esta segunda evaluación y la reapertura de una investigación. Pero una tercera y última evaluación de expertos, en 2017, también puso de manifiesto «acciones inapropiadas en pilotaje manual» y tendió a exculpar a Airbus.