La Paz (AFP) – Un paciente Cupido hace su tarea entre las ranas Romeo y Julieta, de una especie en riesgo en Bolivia, donde se busca su preservación. El macho, que vivía en solitario desde hace 10 años, al fin conoció a la hembra, y se esfuerza por copular.
«La primera cita entre Romeo, la última rana acuática de Sehuencas que se conocía, y Julieta, cuyo descubrimiento en la naturaleza fue noticia en todo el mundo en enero, fue tan buena que los dos han estado viviendo juntos en el acuario de Romeo desde entonces», dijeron en un comunicado conjunto las organizaciones Museo de Historia Natural Alcide d’Orbigny y la Global Wildlife Conservation (GWC).
El primer encuentro entre los dos anfibios fue el 1 de marzo pasado, confirmó a la AFP la herpetóloga Teresa Camacho, aunque las dos entidades recién la oficializaron este lunes, según su informe enviado a la AFP.
Julieta y otros cuatro ranas de Sehuencas (Telmatobius yuracare) fueron halladas en enero pasado en la región de Cochabamba y colocadas en un acuario.
Aún no se produjo el esperado apareamiento, pero no hay apuro para el macho, el soltero que en 2017 había dejado de emitir sus cantos en búsqueda de una hembra.
Romeo «está luchando un poco para encontrar la posición correcta para el amplexo, la posición de apareamiento para las ranas, donde el macho abraza a la hembra y la sostiene hasta que pueda fertilizar sus huevos cuando ella los suelta en el agua», dijeron las dos entidades.
El macho actúa, hasta ahora, como un perfecto «caballero», señalaron. «¡Se están llevando muy bien! Romeo sigue a Julieta alrededor de su acuario compartido (que antes era el departamento de soltero de Romeo) y con frecuencia renuncia a sus gusanos para que Julieta pueda disfrutarlos».
Si no se produce el «clic» natural entre los dos, señalaron las dos entidades, «volvemos a intentarlo» con paciencia.
De acuerdo con GWC, la rana de Sehuencas es totalmente acuática y su especie fue una vez abundante en el fondo de pequeños arroyos o ríos y en pozas en el bosque montano de Bolivia.
La combinación del cambio climático, la destrucción del hábitat, la contaminación, el patógeno quitridio, que es mortal en estas especies, y la introducción de truchas invasoras ha provocado una disminución abrupta de especies de ranas acuáticas en Bolivia, Ecuador y Perú.