Caracas (AFP) – La Cruz Roja anunció la inminente distribución de «ayuda humanitaria» en Venezuela, en plena batalla entre el presidente Nicolás Maduro y el líder opositor Juan Guaidó sobre cómo atender la severa escasez de medicinas, alimentos e insumos hospitalarios.
«En un plazo de aproximadamente 15 días estaremos en capacidad de brindar la ayuda (…). Esperamos ayudar a 650.000 personas en un primer momento», declaró este viernes en Carcas Francesco Rocca, presidente de la Federación Internacional de la Cruz Roja.
Este anuncio marca un giro en la política de Maduro, quien niega que el país petrolero sufra una «crisis humanitaria», como denuncia Guaidó, si bien se muestra abierto a la cooperación internacional sin «injerencias».
Rocca no detalló el apoyo, pero mencionó antibióticos, kits quirúrgicos y acompañamiento en la compra y renovación de tecnología destinada a los colapsados hospitales, incluidas plantas eléctricas para enfrentar los habituales apagones que golpean al país.
«Esta es una operación muy similar a lo que está pasando en Siria, como número de personas que va a ser asistida», indicó el responsable sobre el tamaño de la asistencia.
Rocca subrayó que la organización actuará de acuerdo con sus principios de «imparcialidad, neutralidad e independencia», «sin aceptar interferencias de nadie».
– «Operación libertad» –
El anuncio ocurre en la víspera de nuevas movilizaciones convocadas por Maduro y Guaidó, quien prepara la «operación libertad», una movilización hacia el palacio presidencial de Miraflores, en fecha por definir, para asumir su control.
Los opositores protestarán por los apagones que afectan al país desde el 7 de marzo, mientras el líder socialista pondrá en marcha este sábado la llamada «operación en defensa de la libertad».
Venezuela enfrenta un agudo desabastecimiento de alimentos y medicinas, pues el gobierno, su principal importador, carece de liquidez por el derrumbe de la producción petrolera -que aporta 96% de los ingresos- y su expulsión de los mercados financieros a raíz de sanciones de Estados Unidos.
– Nadie se puede «jactar» –
El ingreso de asistencia se ha convertido en uno de los elementos centrales del pulso por el poder entre Maduro y Guaidó, reconocido como presidente encargado de Venezuela por más de 50 países, encabezados por Estados Unidos.
«No creo que nadie, ni el señor Maduro, ni el señor Guaidó, se puede jactar de ganar. Nadie está ganando aquí, aquí necesitamos salvar vidas», subrayó Rocca.
El pasado 23 de febrero, cargamentos de comida e insumos médicos gestionados por Guaidó y enviados por Washington a Colombia y Brasil fueron bloqueados por el gobierno socialista en medio de disturbios que dejaron unos siete muertos y decenas de heridos.
Maduro alegó que esas cargas eran el pretexto de una intervención militar para derrocarlo.
Guaidó dio un parte de victoria al anunciar que pronto el país recibiría «ayuda humanitaria».
«Hoy les anunciamos que la ayuda humanitaria es un hecho», dijo el jefe parlamentario.
Guaidó aseguró que «esto es resultado de la presión» ciudadana que él lidera desde que se autoproclamó presidente encargado el 23 de enero, luego de que el Legislativo declarara a Maduro «usurpador» por haber iniciado un segundo mandato en enero, fruto de elecciones «fraudulentas».
«El régimen reconoce su fracaso al aceptar la existencia de una emergencia humanitaria compleja que ellos produjeron», afirmó Guaidó, refiriéndose a la peor crisis económica en la historia moderna de Venezuela.
– Medicinas de China –
Más temprano, el gobierno de Maduro convocó a la prensa para cubrir el arribo, este viernes, de «medicamentos e insumos médicos descartables» provenientes de China, uno de los mayores aliados del mandatario socialista junto a Rusia, que hace una semana envió una misión militar a Caracas denunciada como una «provocación» por la Casa Blanca.
El gobernante vincula el desabastecimiento con las sanciones de Estados Unidos para asfixiarlo económicamente y obligarlo a entregar el poder a Guaidó.
Rocca expresó disposición de la Cruz Roja a trabajar con los envíos acopiados en Colombia y Brasil, pero bajo las reglas de la institución.
«Ese fue un tema que fue muy politizado (…). Si esa ayuda cumple con nuestras reglas y nuestros protocolos, claro que estamos dispuestos a distribuirla», dijo.
Guaidó esperaba que el ingreso de la ayuda humanitaria generará un quiebre en la Fuerza Armada, sostén de Maduro, con militares eventualmente desconociendo la orden de bloquearla.