Washington (AFP) – La Corte Suprema aceptó este viernes examinar si el gobierno estadounidense puede poner fin al programa «Quédate en México», que obliga a los solicitantes de asilo a esperar la resolución de sus casos del otro lado de la frontera.
Este viernes el tribunal, donde seis de los nueve magistrados son conservadores, «otorgó certiorari», es decir aceptó el caso, según el texto consultado por la AFP, que precisa que la audiencia de alegatos será en abril.
El gobierno del presidente Joe Biden le pide que revise el fallo judicial emitido en diciembre por una corte de apelaciones que le ordena mantener los Protocolos de Protección al Migrante (conocidos como «Quédate en México» o MPP) introducidos por su predecesor republicano, Donald Trump, en 2019.
Según el centro independiente Transactional Records Access Clearinghouse (TRAC), durante casi dos años unas 70.000 personas fueron enviadas de regreso a México para esperar el resultado del proceso de solicitud de asilo.
En cuanto llegó a la Casa Blanca, Biden suspendió este plan migratorio pero un juez de un tribunal del estado de Texas (sur) ordenó que se restableciera "de buena fe".
El 6 de diciembre, Estados Unidos reactivó parcialmente el programa, tras haberlo consultado con México, para cumplir con esa orden, mientras seguía adelante con un recurso interpuesto ante el tribunal de apelación, que dio la razón a la corte de distrito.
La Casa Blanca considera el programa "ineficaz e inhumano".
Sus detractores, entre ellos las asociaciones de defensa de los migrantes, estiman que el programa expone a los solicitantes de asilo a situaciones peligrosas en la frontera y a condiciones precarias.
El flujo de migrantes por México, en su mayoría centroamericanos, ha aumentado bajo la presidencia de Biden debido a sus promesas de una política migratoria "justa y humana".
El número de personas interceptadas al cruzar la frontera sur desde que Biden fue investido se eleva a 2.407.524, de las cuales 1.778.564 provenían de El Salvador, Guatemala, Honduras y México, según cifras oficiales estadounidenses.
Biden lo atribuye a la pobreza, la violencia, la corrupción y los efectos del cambio climático.