San José (AFP) – La Asamblea Legislativa (parlamento) de Costa Rica aprobó este viernes, en primer debate, una polémica reforma fiscal que contempla aumentos de impuestos, en medio de una prolongada huelga del sector público contra la iniciativa.
El proyecto de «ley de fortalecimiento de las finanzas públicas» fue aprobado con el voto a favor de 35 diputados y 22 en contra, y aún debe ser sometido a un segundo debate antes de ser enviado a ratificación del presidente Carlos Alvarado.
Pero para llegar al segundo debate, el proyecto debe ser sometido a consultas del tribunal constitucional y de las instituciones que podrían verse afectadas por la reforma.
Mientras los legisladores debatían, centenares de trabajadores en huelga y estudiantes universitarios se congregaron frente a la sede del Congreso gritando consignas contra el proyecto fiscal.
La reforma busca contener un explosivo déficit fiscal que en 2017 alcanzó 6,2% del producto interno bruto (PIB), y llegaría a 7,2% si no se aprueba la ley, según el Banco Central.
Con el proyecto se sustituye el actual impuesto sobre la venta de 13% por un impuesto al valor agregado por el mismo porcentaje, que incluye algunos servicios excluidos del gravamen actual y que permitiría combatir la evasión tributaria.
También grava con 1% los productos de la canasta básica, que contiene los principales bienes de consumo de los sectores de menos ingresos, con un mecanismo para que lo recaudado por este tributo se invierta en programas sociales.
Sin embargo, el diputado izquierdista José María Villalta, opositor a la reforma, aseguró que «el proyecto no incluye mecanismo de devolución a hogares vulnerables» de lo recaudado por el gravamen a la canasta básica.
– Salvavidas económico –
El líder de bancada del opositor Partido Liberación Nacional (socialdemócrata), Carlos Ricardo Benavides, recordó los intentos de los últimos cuatro gobiernos costarricenses por impulsar una reforma fiscal, ante la amenaza del déficit.
«No podemos fallarle a la gente más humilde, a la que le va a pegar en la cara una alta inflación, ni le vamos a fallar a los que necesitan programas sociales para sobrevivir», declaró Benavides en apoyo a la reforma.
Los dos principales partidos de oposición respaldan el proyecto, que cuenta así con los votos suficientes para seguir avanzando a pesar de que la bancada del oficialista Partido Acción Ciudadana (centro) es de solo 9 diputados.
El presidente Alvarado ha asegurado que el proyecto salva al país de caer en un abismo fiscal, al tiempo que permitirá que el gobierno se financie sin tener que buscar financiamiento externo, lo que genera aumentos en los intereses.
«Se liberará la presión de las tasas de interés y eso va a ayudar mucho a la reactivación de la economía. Hay mucha inversión importante que hoy está contenida esperando ver qué pasa con» la reforma, declaró Alvarado al diario local La Nación.
Sin embargo, los sindicatos del sector público se fueron a huelga el 10 de setiembre contra la reforma fiscal, alegando que recarga los nuevos impuestos sobre los sectores más desprotegidos.
Alvarado aseguró, no obstante, que el 20% de los hogares más pudientes pagarán 80% de los nuevos gravámenes.
La huelga, que ha movilizado a miles de personas a manifestar en las calles, perdió fuerza durante la última semana, y al menos tres instituciones públicas la suspendieron, aunque persisten los bloqueos de carreteras en distintos puntos del país.