Santiago (AFP) – El Senado chileno aprobó este martes un proyecto de ley de identidad de género que permite el cambio de nombre y sexo en registros públicos a partir de los 14 años.
Tras cinco años de intensa discusión el proyecto, que sería sancionado esta semana por la Cámara de Diputados, excluyó a los niños de la normativa, dejando un sabor «agridulce» en los movimientos por los derechos homosexuales.
«Finalmente, se dio un paso que tiene mucho significado histórico, porque se reconoce una realidad, se le da una solución a las personas trans, y eso es muy positivo», dijo el ministro de Justicia, Hernán Larraín, al finalizar la votación.
Los transgénero adultos y adolescentes de entre 14 y 18 años podrán inscribir el cambio de sexo bajo condiciones diferenciadas y detalladas en el informe de una Comisión Mixta, aprobado por 26 votos a favor y 14 en contra.
En tanto, la indicación para los menores de 14 años quedó fuera del documento que pasará a votación de la cámara de Diputados.
La votación estuvo marcada por un clima de tensión y el enfrentamiento discursivo entre legisladores. Un ambiente que se replicó en las gradas con activistas que colaboraron con la redacción del documento y grupo, en su mayoría religiosos, contrarios a transformarlo en ley.
«Lo que hacemos aquí con este proyecto, estamos haciéndonos cargo de una realidad (…) la sociedad ya lo está resolviendo en la práctica», señaló la senadora Carolina Goic, de la opositora Democracia Cristiana.
En la vereda opuesta, el senador de la derecha oficialista José García argumentó su voto en contra de la norma por ser «perjudicial para nuestras familias y la sociedad chilena”.
Si se sanciona la norma, los menores entre 14 y 18 años tendrán que acudir a un tribunal de familia. El adolescente deberá contar con el apoyo de al menos uno de sus representantes legales o pedir intervención de un juez, mientras que los mayores solteros podrán hacer el trámite ante el Registro Civil y los casados en un tribunal de familia que apruebe el cambio.
– Una ley «fantástica» –
Si la cámara de Diputados da luz verde al documento, el proyecto pasará a manos del presidente Sebastián Piñera, que tiene 30 días para promulgar o vetar la iniciativa, uno de los estandartes de los movimientos defensores de los derechos de los homosexuales.
El Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) calificó de «agridulce» el proceso. Festejó la votación «que mejorará la calidad de vida de un sector históricamente postergado», pero lamentó que «los prejuicios, ignorancia y los fanatismos afecten a la infancia trans, lo cual es una nueva muestra de crueldad».
En la misma linea, la directora jurídica del movimiento Iguales Jimena Lizama celebró el paso dado, pero calificó de «lamentable que se haya excluido a niños y niñas (…) también tienen derecho al reconocimiento de su derecho a la identidad de género, tal como lo ha reconocido el poder ejecutivo, judicial, (y) la corte Interamericana de DDHH».
El proyecto estuvo a punto de fracasar en su lento andar por el Congreso. Pero la conquista del Oscar a mejor película de habla no inglesa en 2017 de Una mujer fantástica, filme protagonizado por la transgénero Daniela Vega, avivó el debate y llevó a la presidenta Michelle Bachelet a darle suma urgencia al trámite.
Durante el gobierno de Bachelet se aprobó una ley de Acuerdo de Unión Civil que consagra la mayoría de los derechos y obligaciones del matrimonio a las parejas homosexuales, pero no contempla la posibilidad de adopción de menores.
Sin embargo, la ley de matrimonio igualitario sigue estancada en el Congreso.