Washington, 13 ene (EFE).- Un grupo de congresistas y senadores demócratas y republicanos instaron hoy a los jóvenes indocumentados conocidos como soñadores, a que no tengan miedo a la deportación y confíen en sus esfuerzos para evitar ser devueltos a sus países de nacimiento tras la investidura de Donald Trump.
El senador republicano Lindsay Graham, el demócrata Dick Durbin, así como los congresistas Luis Gutiérrez, demócrata, y los republicanos Carlos Curbelo y Mike Coffman, insistieron hoy en impulsar un nuevo proyecto de ley para evitar la deportación de dichos jóvenes en caso de que se derogue el Programa de Acción Diferida (DACA), que ahora les protege de la deportación.
«El debate fue muy intenso durante la campaña y mucha gente está preocupada», reconoció Curbelo hoy en rueda de prensa, junto al resto de sus colegas promotores del texto en relación a las duras declaraciones del presidente electo, quien durante la campaña electoral prometió una deportación masiva.
El proyecto de ley, que responde al acrónimo BRIDGE (puente, en inglés) y daría alivio temporal a la deportación y permiso de trabajo a los jóvenes indocumentados, fue presentado por primera vez en el Senado a finales del año pasado, pero al conformarse un nuevo Legislativo este enero debía presentarse de nuevo, como ocurrió este jueves.
La legislación permitiría alargar el alivio migratorio para estos jóvenes durante al menos tres años, mientras, según aseguran los legisladores, el Congreso busca una solución permanente para los problemas del sistema migratorio del país, que cuenta con alrededor de 11 millones de inmigrantes sin papeles.
Durante la campaña, el multimillonario prometió que derogaría el programa DACA, aunque en diciembre aseguró que durante su mandato buscará una solución para los cientos de miles de jóvenes indocumentados que llegaron al país siendo niños.
«Nuestro primer mensaje hoy con esta legislación es ‘no tengáis miedo'», agregó Curbelo, representante por Florida.
«Hay muchos, muchos republicanos y demócratas que quieren lo mejor para esta gente joven. (…) ¿Por qué? Porque estos jóvenes son estadounidenses, porque fueron a la escuela con nuestros hijos», añadió el congresista.
Por su parte, Gutiérrez insistió en que «las 750.000 personas que ya tienen DACA, que trabajan y viven legalmente, no deberían volver a ser indocumentadas».
«No sirve para este país convertir a los inmigrantes documentados en inmigrantes indocumentados. Y seamos claros, quiero que los 750.000 soñadores estén en un lugar seguro para que puedan trabajar legalmente y evitar la deportación», consideró el demócrata.
Gutiérrez dijo que estos jóvenes son «los principales luchadores por la libertad, personas líderes» en la comunidad latina que trabajarán para que sus madres y sus padres, y el resto de sus familias y amigos, también estén protegidos ante cualquier amenaza.
Según los servicios de Inmigración del país, la acción diferida, que funciona desde 2012, sirve para «ciertas personas que llegaron a Estados Unidos cuando eran niños y que cumplen con una serie de criterios».
La acción diferida es por un período «de dos años, sujeto a renovación» y sus solicitantes «también tienen derecho a la autorización de empleo», si bien «no proporciona estatus legal».
Esta semana, 88 líderes empresariales de todo el país enviaron una carta al presidente electo Donald Trump y a los líderes de la Cámara y el Senado pidiéndoles que apoyaran la Ley BRIDGE.
Tras la dura campaña electoral en la que el presidente electo arremetió contra los inmigrantes indocumentados y las medidas migratorias impulsadas por el todavía presidente Barack Obama, este proyecto es el intento más sólido de evitar la deportación de estos jóvenes en caso de que Trump derogue dichas medidas.