Montevideo (AFP) – La oposición uruguaya, que calienta motores para la campaña electoral de cara a las presidenciales de 2019, lanzó una andanada de críticas al gobierno de Tabaré Vázquez por enviar representantes a la investidura de Nicolás Maduro en Venezuela.
El canciller de Uruguay, Rodolfo Nin Novoa, salió en defensa de la decisión del Ejecutivo. Dijo que en Venezuela «asume un presidente» y cuestionó a la oposición venezolana: «Hubo elecciones, la oposición no se presentó, la oposición tiene su rol también allí, su cuota de responsabilidad».
En declaraciones a periodistas, sostuvo además que los países del Grupo de Lima, que desconocerán al gobierno de Maduro, «no tienen competencia como para andar calificando y andar pidiendo a los presidentes que asuman o que dejen de asumir».
– Desde todos los partidos –
La proximidad del gobierno uruguayo con el régimen chavista ha sido motivo de disputas con la oposición política, y en la propia interna del Frente Amplio, la coalición de izquierda que gobierna Uruguay desde 2005 y que aspira a un cuarto mandato en las presidenciales de 2019.
Las críticas a la decisión de concurrir a la investidura de Maduro vinieron desde los partidos de oposición que obtuvieron representación parlamentaria en los comicios de 2015 en Uruguay, que ya habían considerado «ilegítima» la votación en Venezuela el 20 de mayo pasado. La votación fue desconocida por Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea (UE) y 12 países latinoamericanos.
El Partido Nacional (PN, centroderecha), el más serio competidor del Frente Amplio según las encuestas, emitió una dura declaración en la que señala que Maduro «carece de toda legitimidad» pues las elecciones no fueron «libres ni democráticas sino un auténtico fraude» celebrado «con partidos prohibidos y candidatos presos».
El PN, que gobernó Uruguay entre 1990 y 1995, dijo que «corresponde desconocer» al gobierno chavista y «reconocer a la Asamblea Nacional» de Venezuela como parlamento representante de la ciudadanía.
El aspirante con mayor intención de voto dentro del PN, el senador Luis Lacalle Pou, expresó en Twitter que «una vez más, la afinidad política y la vinculación comercial de unos pocos cercanos al poder, tienen al Uruguay en el selecto grupo de los países que no condenan al régimen de Maduro».
En tanto el precandidato por el Partido Colorado (centroderecha) Ernesto Talvi se preguntó en Twitter «¿a santo de qué el gobierno uruguayo reconoce a Maduro? Echa por la borda nuestras tradiciones republicanas. (…) Injustificable».
De su lado, el senador socialdemócrata Pablo Mieres, líder del Partido Independiente, declaró a la AFP que «es una vergüenza muy grande» que Uruguay «forme parte de un pequeño grupo de países que no sabe distinguir entre democracia y tiranía», y que siga «abrazando a un tirano asesino y corrupto como Maduro».
«La gran pregunta es por qué. ¿Por qué el gobierno se aferra con argumentos y excusas increíbles a defender a una dictadura corrupta como la de Maduro?», y arriesgó que el Ejecutivo uruguayo «está enredado» y «tiene deudas pendientes con Maduro», por lo que una «postura de condena» le implicaría «daños colaterales inimaginables».
La AFP intentó comunicarse con el líder del derechista Partido de la Gente, Edgardo Novick, pero aún no tuvo respuesta.
– Cercanía con Caracas –
La cercanía con Caracas le ha acarreado críticas de propios y ajenos al gobierno uruguayo, que luchó a capa y espada contra la suspensión de Venezuela del Mercosur, aunque finalmente tuvo que ceder a la presión de sus socios Brasil, Argentina y Paraguay, que consideran que en el país caribeño no hay democracia, y así Caracas quedó fuera del bloque en 2017.
El Frente Amplio, una coalición que abarca a socialistas, comunistas partidarios del chavismo o exguerrilleros, expulsó de sus filas al secretario de la OEA, Luis Almagro, luego de años de rispideces por las constantes denuncias del diplomático sobre la crisis venezolana.
El Frente Amplio trata de «evitar hablar del hambre del pueblo venezolano, de los venezolanitos que mueren de desnutrición infantil» o por falta de medicinas, «para no tener que hablar de la indecencia de un régimen que se niega a recibir ayuda humanitaria», lanzó en su defensa Almagro, quien acusó de «falta de ética» al tribunal que le juzgó en el partido del que fuera militante.
En el gobierno, el ministro de Economía, Danilo Astori, y su sector político, Asamblea Uruguay, criticaron en mayo pasado el proceso electoral venezolano.
«No creo que haya sido una elección democrática», expresó entonces el jerarca, mientras su gobierno evitaba roces con Venezuela.