Bogotá (AFP) – Después de medio siglo de lucha armada, los rebeldes del ELN se acogerán a su primera tregua temporal y recíproca en Colombia a partir de primera hora de este domingo.
La tregua, que involucra a las fuerzas guerrilleras y del Estado, se extenderá en principio hasta el 9 de enero, y supone el mayor avance en las negociaciones de paz que llevan a cabo desde febrero el gobierno y el ELN en Quito, para terminar de cerrar el conflicto más prolongado de América.
El jefe máximo del grupo, Nicolás Rodríguez, impartió a sus tropas la orden de «cesar todo tipo de actividades ofensivas para cumplir cabalmente con el cese bilateral del fuego» a partir de las 00H00 locales del domingo (05H00 GMT).
Las Fuerzas Armadas recibieron la instrucción por decreto de suspender sus operaciones contra los guerrilleros.
El presidente Juan Manuel Santos confió en que el alto al fuego pueda ser renovado «y sea el primer paso para lograr la paz» con el ELN, tras lograr el desarme de las FARC, la que fuera la guerrilla más antigua y poderosa del continente.
Sin embargo, la tregua viene precedida de una semana de ataques contra la fuerza pública y uno de los principales oleoductos del país, que dejan un militar muerto y derrames de crudo en varios ríos de los departamentos de Norte de Santander y Arauca, fronterizos con Venezuela.
Este sábado el jefe negociador del gobierno, Juan Camilo Restrepo, condenó la que llamó «embestida insensata», y dijo que espera que el ELN «cumpla sus compromisos» y borre la «mala imagen y la incredulidad» que genera.
Desde enero han muerto o resultado heridos 47 efectivos de la fuerza pública a manos de los rebeldes, según el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas.
– Compromisos –
El alto al fuego con el ELN, una guerrilla surgida en 1964 bajo el influjo de la Revolución cubana y de raíces cristianas, va más allá del terreno militar.
Con unos 1.500 combatientes, según cifras oficiales, la organización se comprometió a detener durante este tiempo sus ataques petroleros, la toma de rehenes, el reclutamiento de menores de 15 años y la siembra de artefactos explosivos.
De su lado, el gobierno deberá mejorar las condiciones carcelarias de unos 450 rebeldes y fortalecer la protección a líderes sociales y de derechos humanos, blanco de ataques que dejan 190 muertos desde enero de 2016, según la Defensoría del Pueblo.
También el ELN aceptó analizar «la liberación de los secuestrados que ya tienen en su poder», según Restrepo.
Un mecanismo conformado por la ONU, el gobierno, los rebeldes y la Iglesia católica verificará la tregua sobre el terreno.
Naciones Unidas desplegará observadores en los 33 municipios con mayor presencia del ELN, mientras la Iglesia acompañará al mecanismo desde 20 diócesis. El componente internacional será el encargado de facilitar el entendimiento entre las partes ante eventuales desacuerdos.
– Paz completa –
Criticado por sectores conservadores por sus supuestas concesiones a la rebelión armada, el gobierno de Santos quiere sellar un acuerdo con el ELN que conduzca a una «paz completa».
Santos, que dejará el poder en agosto 2018, ya sacó adelante un pacto que permitió el desarme de 7.000 combatientes y la transformación en partido político de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia).
Los enfrentamientos que además de las guerrillas han involucrado a paramilitares, narcotraficantes y agentes estatales han provocado al menos 7,5 millones de víctimas, entre muertos, desparecidos y desplazados.
El ELN sostuvo diálogos preliminares de paz con todos los presidentes que han gobernado Colombia desde 1990, pero la de Quito es su primera negociación formal.
Su máximo órgano de decisión es el Comando Central (COCE) conformado por cinco miembros y que lidera Rodríguez, conocido como «Gabino».
– Diferente de FARC –
Algunos observadores apuntan que el cese al fuego con el ELN podría ser más frágil que el que en su momento rigió con las FARC. Mientras que la primera guerrilla actuó siempre como una organización muy vertical, el ELN tiene una estructura federada.
Esto «le da gran autonomía operativa de mando y de control del uso de la fuerza a sus frentes y bloques», lo que dificulta la negociación, dijo a la AFP Jorge Restrepo, del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac).
«Pese a la veeduría de la Iglesia, que le da una gran legitimidad, el cese al fuego está precariamente estructurado y definido», advierte.
Pero aun cuando frentes pueden tomar decisiones militares autónomas, el cese al fuego es una decisión política del COCE, matiza el politólogo Víctor De Currea-Lugo, experto en la guerrilla guevarista.
«El ELN hoy por hoy está unido, (…) todas las estructuras van a hacer caso», expresó a la AFP.
El gobierno y su contraparte abrirán en medio del cese al fuego el cuarto ciclo de conversaciones en Quito el 23 de octubre.