Cartagena (Colombia) (AFP) – El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, y el presidente de Colombia, Iván Duque, acordaron este miércoles unir esfuerzos para aislar diplomáticamente al gobierno de Nicolás Maduro y «recuperar» la democracia en Venezuela.
«La larga tradición democrática de Colombia lo convierte en un líder natural en los esfuerzos regionales para apoyar la democracia y el estado de derecho en Venezuela», dijo Pompeo en una declaración conjunta con el mandatario colombiano en la ciudad caribeña de Cartagena.
El secretario aseguró que en el encuentro con Duque hablaron de cómo pueden «colaborar con aliados regionales e internacionales para ayudar a los que huyen y ayudar a los venezolanos a recuperar su herencia democrática».
Por su parte, Duque, que asumió el poder en agosto con la promesa de aislar diplomáticamente a Maduro, instó a que los países defensores de la democracia se unan para rechazar la «dictadura» venezolana, que ha provocado una ola migratoria en la región.
«Todos los países que compartimos el valor de la democracia debemos unirnos para rechazar la dictadura de Venezuela y hacer todos los esfuerzos necesarios para que se restablezca la democracia y el orden constitucional», sostuvo.
Pompeo llegó al país tras participar el martes en la investidura del presidente de Brasil, el ultraderechista Jair Bolsonaro, con el que su gobierno estrechó lazos.
Durante su visita a Brasil, el funcionario acordó con los cancilleres brasileño y peruano incrementar la presión sobre Maduro, lo que provocó reacciones airadas del gobierno venezolano, que los consideró actos intervencionistas.
Maduro iniciará un segundo mandato el 10 de enero, tras unas elecciones boicoteadas por la oposición y desconocidas por gran parte de la comunidad internacional.
Duque ha pedido a los «países defensores de la democracia» desconocer el nuevo gobierno.
El encuentro entre Duque y Pompeo tuvo lugar en medio de tensiones entre Bogotá y Caracas, que prácticamente no tienen relaciones desde mediados de 2017.
Maduro acusa a Colombia y Brasil de apoyar un plan de Washington para derrocarlo y asesinarlo. Tanto los gobiernos colombiano como brasileño han descartado una intervención militar.
El presidente estadounidense, Donald Trump, ha impuesto sanciones financieras a Caracas y sostiene que todas las opciones están sobre la mesa, «las fuertes y las menos fuertes», para poner fin a la «dictadura» en el otrora rico país petrolero.
El gobierno colombiano, en tanto, denunció el fin de semana un supuesto plan para atentar contra Duque que contaría con la participación de venezolanos.
Estados Unidos ha ofrecido más de 92 millones de dólares a Colombia para ayudar a responder a la masiva llegada de migrantes venezolanos.
– Preocupación por narcotráfico –
Por otro lado, Pompeo llamó la atención por el crecimiento histórico de los narcocultivos, que según la ONU llegaron a 171.000 hectáreas sembradas en 2017 y mantienen a Colombia como el principal productor global de cocaína.
Por ello reiteró el objetivo común entre ambas naciones de reducir a la mitad la cantidad de cocaína producida en Colombia para 2023, que en su mayoría es trasladada a Estados Unidos, principal consumidor mundial de esta droga.
«Estados Unidos sabe que debemos seguir haciendo nuestra parte en casa para reducir el lado de la demanda de la ecuación», afirmó.
Desde que asumió el poder en enero de 2017, Trump, que ha cancelado dos visitas a Colombia, ha criticado con severidad el aumento de cultivos ilícitos.
Duque ha reconocido que las relaciones entre ambas naciones están narcotizadas por cuenta del alza histórica de cultivos de hoja de coca y de producción de cocaína, que mantienen a Colombia como el principal productor mundial de esta droga.
El mandatario de derecha lanzó una ofensiva contra el narcotráfico y el consumo de drogas. Incluso evalúa retomar las fumigaciones aéreas con glifosato, suspendidas desde 2015 por potenciales afectaciones a la naturaleza y la vida humana.
Colombia y Estados Unidos han tenido históricamente una estrecha relación, en la que el gobierno norteamericano ha otorgado ayudas millonarias para combatir el narcotráfico y las guerrillas.