Bogotá (AFP) – Víctimas del conflicto armado en Colombia conmemoraron este lunes el Día de los Derechos Humanos con una exposición de obras hechas a partir de retazos y una puesta en escena, en medio de una escalada de asesinatos de líderes sociales.
Unas cien personas se dieron cita en el edifico sede de la Jurisdicción Especial de Paz (JEP) en Bogotá, tribunal creado para juzgar los crímenes cometidos durante medio siglo de conflicto, tras el acuerdo de paz firmado en 2016 con la disuelta guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Cecilia Arenas describió para la AFP la obra que tejió con una representación del asesinato de su hermano, ejecutado por militares y presentado como guerrillero muerto en combate.
«Yo quise hacer esta telita representando el montaje que me le hicieron a él(…) al señor que me lo mató, al señor que fue campanero (delator), al señor que me le colocó las armas, al señor que me lo vistió de militar», relató la mujer.
El Día de los Derechos Humanos se celebra en medio de un incremento de asesinatos de líderes sociales en el país.
Según la Defensoría del Pueblo (ombudsman), entre el 1 de enero de 2016 y el 22 de agosto de 2018 fueron asesinados 343 defensores de derechos humanos. Es decir, que en este lapso de tiempo, cada tres días ha caído un dirigente.
Los pueblos indígenas han alertado sobre un incremento de la violencia contra sus líderes desde que el presidente Iván Duque subió al poder, el pasado 7 de agosto.
«En lo que va del Gobierno del Presidente Duque (…) los pueblos indígenas de Colombia denunciamos y rechazamos la sistemática estrategia de exterminio, también en tiempos de paz», indicó la Organización Nacional Indígena (Onic) en un comunicado del 5 de diciembre.
Según cifras de la entidad, en lo corrido del actual gobierno de derecha han asesinado a 36 indígenas, han recibido 61 amenazas y han sido víctimas de 20 atentados.
Aunque el desarme de la exguerrilla comunista bajó la intensidad del conflicto armado colombiano, en el país aún operan los rebeldes del Ejército de Liberación Nacional (ELN), disidentes de las FARC, paramilitares y narcotraficantes.