Washington (AFP) – El área de cultivos de coca en Colombia experimentó en 2017 un crecimiento de 11% para alcanzar las 209.000 hectáreas, en su más elevado nivel histórico, reveló este lunes la Oficina Nacional de Control de Drogas (ONDCP) estadounidense.
En ese mismo período, la capacidad de producción de cocaína en Colombia habría aumentado un 19%, para pasar de un estimado de 772 toneladas métricas en 2016 a 921 toneladas métricas en 2017, según la entidad.
En una nota oficial, el subdirector de la ONDCP, Jim Carroll, apuntó que «el mensaje del presidente (Donald) Trump a Colombia es claro: el crecimiento récord en la producción de cocaína tiene que ser revertido».
En la visión del alto funcionario estadounidense, «el gobierno de Colombia debe hacer más para hacer frente a este incremento» en el área de cultivo de coca y la capacidad de producción de cocaína.
La trayectoria de crecimiento en ambos frentes «es inaceptable», declaró Carroll. «Colombia es un importante aliado de Estados Unidos y tiene un papel crítico», comentó.
Con esos datos, el país se ratifica como el mayor productor mundial de cocaína. Históricamente, el mercado estadounidense ha sido el principal destino de esa droga, por delante de Europa y Asia.
– Sin solución inmediata –
En Bogotá, el mandatario saliente Juan Manuel Santos destacó que el aumento de narcocultivos fue «mucho menor» del que se esperaba, y defendió su estrategia combinada de erradicación forzada y acuerdos de sustitución con los campesinos cocaleros.
Colombia ha vinculado el repunte de los sembradíos con la interrupción de las fumigaciones y los estímulos económicos anunciados para los labriegos que se comprometieran a dejar el cultivo: a mayor área sembrada – pensaron -, beneficios más altos.
«Tampoco nos pueden pedir que acabemos con el negocio de la noche a la mañana, mientras los consumidores siguen consumiendo y siguen ahora legalizando el consumo de muchas de las drogas que se están produciendo», afirmó Santos en la sede de gobierno.
El jefe de Estado, que dejará el poder el 7 de agosto en manos del opositor y derechista Iván Duque, recordó que el pacto de paz con la ya disuelta guerrilla FARC prevé que esa organización apoye los esfuerzos de sustitución de cultivos en sus territorios de influencia.
Dentro de ese plan, el gobierno espera retomar las fumigaciones con drones y un herbicida menos riesgoso para la salud humana, tras una sentencia que ordenó suspender el uso del glifosato por sus potenciales daños.
«Sin esa paz no hubiese sido posible iniciar una solución estructural al problema», enfatizó.
– Más consumidores en EEUU –
Estados Unidos, entretanto, reconoció que el aumento de la capacidad de producción de cocaína en Colombia se «relaciona directamente» con un mayor consumo en el mercado estadounidense.
Esto a su vez se asocia a «un mayor número de casos de sobredosis y de violencia por el comercio de la droga».
La ONDCP apuntó que el número de nuevos usuarios de cocaína en Estados Unidos creció nada menos que 81% desde 2013 «y el número de muertes por sobredosis se duplicó en el mismo período».
Washington y Bogotá acordaron en marzo un plan para reducir el área de cultivos de cocaína a la mitad en un plazo de cinco años.
Este lunes, el ONDCP reconoció el compromiso colombiano de erradicar 70.000 hectáreas al año, pero apuntó que un «esfuerzo máximo y resultados concretos se tornan necesarios para detener los cargamentos de cocaína» hacia Estados Unidos.
Colombia incautó 378 toneladas de cocaína en 2016, según la ONU. El año pasado, los decomisos alcanzaron la cifra histórica de 432 toneladas, de acuerdo con el gobierno.
El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, mantuvo el viernes una conversación telefónica con el presidente electo de Colombia para felicitarlo por su victoria electoral y pedirle empeño en las acciones antidroga.
De acuerdo con la Casa Blanca, en esa llamada Pence le reforzó a Duque «la necesidad de moverse de forma decisiva para recortar la producción y el tráfico de drogas».