Santiago (AFP) – «Manos a la pared», el primer circuito de murales para ciegos, fue inaugurado este martes en Santiago, con el objetivo de acercar el arte a todas las personas.
A través de placas táctiles y una audiodescripción de las obras por medio de una aplicación electrónica, las personas ciegas pueden desde ahora acceder a seis murales instalados en el Barrio Lastarria, una de las zonas más turísticas de Santiago.
Uno de ellos es «La Debutante», del afamado artista chileno Roberto Matta, ubicado en el acceso al Museo de Artes Visuales (MAVI). A un costado del mural, se instaló una placa táctil que representa una traducción a escala de la obra del artista surrealista, junto a una descripción en lenguaje Braile.
El circuito abarca varias cuadras alrededor de este barrio cercano al centro de Santiago e incluye obras como «El jugador del palín», de Francisco Maturana, o «Ganza», de Javier Barriga.
Inicialmente, el programa de inclusión contempló derribar las barreras físicas que impedían a las personas con discapacidad acceder a las obras. Después, con la iniciativa «Manos a la pared», se buscaron «maneras de acceder desde distintos sentidos a disfrutar del arte», explica a la AFP Cecilia Bravo, directora ejecutiva del MAVI.
«Muchas personas creen que estas placas táctiles solamente son un aporte para las personas no videntes y no es así. Estas piezas táctiles permiten que percibamos la obra desde otro sentido, tanto las personas videntes como las no videntes», agrega Bravo.
En Chile, según el II Estudio Nacional de la Discapacidad, un 16,7% de la población se encuentra en situación de discapacidad, equivalente a unas 2,8 millones de personas.
Un 47,3% de ellas declara dificultad severa o extrema para ver sin anteojos ópticos o lentes, lo que les impide ejercer su derecho a acceder, conocer y participar de gran parte de las actividades culturales del país.
«Tenemos que entender que las personas con discapacidad tienen los mismos derechos que otros ciudadanos, y eso no solo tiene que ver con tener acceso a la educación y al trabajo, sino también en que tengan acceso a la cultura, a la recreación y al deporte», dijo a la AFP Javiera Pérez, del Servicio Nacional de la Discapacidad.
Las personas ciegas agradecen desde ya la iniciativa: «Soy una persona como cualquier otra y tengo derecho (a disfrutar del arte). Tengo otras partes de mi cuerpo que sí sirven», señaló Rosa Saldías mientras admiraba uno de los murales inclusivos del barrio Lastarria.