Santiago (AFP) – Las campañas por el Apruebo y el Rechazo al cambio constitucional que decidirán los chilenos el domingo, cierran este jueves en Santiago, tras unos meses marcados por la pandemia y el desasosiego por los brotes de violencia callejera de grupos que en su mayoría no respaldan la consulta.
Acordar un plebiscito para cambiar la Constitución armada durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), con reformas en democracia, fue un hito político alcanzado entre la mayoría de los partidos políticos -sin el apoyo del Partido Comunista- en noviembre pasado, cuando todavía humeaban las barricadas encendidas desde el «estallido» del 18 de octubre de 2019.
«Hay mucho en juego, podemos destruir este país al entregar una hoja en blanco a los mismos políticos que están ahora y que no han sido capaces de solucionar nuestros problemas», teme Macarena, una mujer de 44 años y siete hijos, que participó el miércoles en el cierre de la campaña que opta por el Rechazo a cambiar la Constitución.
Este acto reunió unas 200 personas en la zona El Golf del acomodado barrio de Las Condes de Santiago. Allí los partidarios del Rechazo se convocaron los sábados desde hace un mes con banderas chilenas -y algunas de Estados Unidos- y muchos temen que Chile «se lance a un precipicio como le pasó a Venezuela», según dijo a la AFP Ximena Ahumada, empleada bancaria de 34 años.
La otra opción, que llama a votar Apruebo a la redacción de una nueva Carta Magna para reemplazar la vigente desde 1980, convocó este jueves a un cierre frente al palacio presidencial de La Moneda.
Fijada inicialmente para el 26 de abril de 2020, la pandemia obligó postergar el plebiscito. Ocho meses después, Chile suma más de 13.700 muertos y ronda los 496.000 infectados por coronavirus, tras un pico en mayo y junio que lo ubicó entre los cuatro países más afectados del mundo.
«Para votar tenemos que llegar sanos», fue un lema que corrió por redes sociales en los últimos meses, en los que efectivamente se ha logrado mantener a raya los casos de covid-19, con un promedio de 1.500 contagios diarios en las últimas semanas y menos de 50 fallecidos en la media diaria.
¿Cita con la historia?
A tres días del plebiscito, la consulta considerada la más importante desde la recuperación de la democracia en 1990, la encuestadora Criteria revela que 74% apoya la opción Apruebo y 17% opta por el Rechazo, entre un electorado de unos 14,3 millones de personas.
El domingo quizás el dato más importante será el porcentaje de participación electoral en el plebiscito, en un país donde el voto es voluntario desde 2013 y en 2017 menos del 50% del padrón electoral fue a votar cuando resultó electo el presidente Sebastián Piñera.
De ganar la aprobación, se abre un periodo electoral de dos años y el voto para ratificar la nueva Carta Magna será obligatorio.
«Apruebo hasta que la dignidad se haga costumbre», rezan pancartas y grafitis escritos en las paredes de Santiago. En otro muro se lee: «Votemos contra el abuso de los monopolios».
«Rechazo porque no quiero violencia». «Mi Chile no será Venezuela», afirman otros.
Ambas campañas han realizado algunas caravanas en autos y otras en bicicleta, pero el debate y la competencia de anuncios a favor o en contra de un cambio constitucional se hizo más que todo en redes sociales.
En los alrededores de la Plaza Italia, el centro de las celebraciones chilenas que desde octubre pasado es la sede de una rebelión social sin líderes ni partidos identificables, volvieron en las dos últimas semanas los grafitis, la protesta violenta y los enfrentamientos entre Carabineros y encapuchados.
«Yo no voto, yo me organizo», rayan en estatuas o escriben en una vitrina de la céntrica avenida Alameda, del centro de Santiago: «Apruebo y Rechazo, da lo mismo». Son reflejo de grupos más radicales, algunos vinculados con las barras bravas del fútbol, que protagonizan batallas urbanas que han dejado graves daños a la infraestructura pública del centro de Santiago.
Reina la incertidumbre, el miedo y la esperanza, en cualquiera de los sectores. Una mayoría de los 18 millones de chilenos rechaza no obstante la violencia que deja la foto de este país sudamericano desde hace un año, aunque todavía más del 60% apoya el reclamo de un mayor bienestar social y de un Estado más fuerte.