México (AFP) – Chinos que sufren el «terrorismo económico» del presidente de Estados Unidos denunciaron en México la «locura» y las «hirientes» imposiciones arancelarias de Donald Trump, que ahora apunta a su vecino del sur como próximo frente de sus guerras comerciales.
En una feria comercial china en Ciudad de México, entre las clásicas pantallas de papel rojizas y amarillas con ideogramas chinos y un sinfín de productos que buscan espacio en el gran mercado mexicano, jóvenes chinos lamentaron que ambos países sufran por los aranceles estadounidenses.
Trump está «loco», sus gravámenes no sólo «dañan a China, dañan a todo el mundo», dice con sonrisa nerviosa Huang Chao, un gerente de ventas de 31 años en la feria celebrada esta semana.
La administración Trump está enfrascada en una batalla comercial y tecnológica con Pekín: en marzo de 2019 introdujo aranceles sobre el acero y el aluminio del gigante asiático y, luego, llegó a imponer impuestos del 25% sobre 250.000 millones de bienes adicionales. Y amenaza con hacerlo sobre todos.
Con México, la historia ha sido similar. Trump amenazó la semana pasada con aplicar gravámenes a todas las importaciones desde el próximo lunes, comenzando en un 5% y aumentando mensualmente hasta el 25%, si México no detiene la creciente ola migratoria hacia Estados Unidos.
Ya entre junio de 2018 y mayo de 2019 Trump había gravado el acero y aluminio mexicano y canadiense.
Trump, que buscará la reelección en 2020, «no está viendo la imagen completa» al tasar productos chinos o mexicanos, «sólo está pensando en Estados Unidos», añadió molesto Huang Chao entre el ir y venir de negociantes de ambos países.
Este empresario cree también que Trump, indirectamente, está provocando que México y China se acerquen «un poco».
– Oportunidades por coyuntura –
«Bajo la coyuntura global, entre China y México hay muchas cosas que se pueden hacer», comentó en la exposición Lo Tu, vicealcalde de la localidad de Shantou, interrogado sobre lo que China ha denominado como «terrorismo económico» de Washington.
Pero algunos mexicanos consideran que Trump no ejecutará sus amenazas.
«Es más un negociador agresivo y creo es bastante inteligente y sabe cómo mover la idiosincrasia de sus votantes (…) está tratando de que se endurezcan las políticas migratorias y ya lo logró», comenta el constructor mexicano Alejandro Becerril, tras una animada charla con empresarios chinos.
Aunque Louisa Chin, empresaria de 30 años, opina diferente y considera que Trump «daña los sentimientos de los dos países».
Cada vez que la relación entre México y Washington se tensa, funcionarios mexicanos -ahora del gobierno izquierdista de Andrés Manuel López Obrador- mencionan a China como el otro gigante que podría sustituir a Estados Unidos.
«China nos va a sacar del barranco, ojalá se compadezcan de nosotros», parecieran decir los políticos mexicanos cuando Estados Unidos hunde sus esperanzas con restricciones comerciales, interpreta con ironía el investigador de la UNAM, experto en la relación México-China, Enrique Dussel.
Pero esa relación requiere «mayor seriedad, porque no puede ser que el lunes nos saque la lengua Trump, el martes nos queremos arrimar a China, el miércoles nos quitan los aranceles y el jueves nos olvidamos de China. Así no funciona una relación con un país» como China, añade Dussel.
Por lo pronto, el gigante asiático «está enfocando esfuerzos hacia el mercado mexicano, muestra de ello es la delegación récord de 1.600 empresas» que participaron en la exposición, 500 más que en 2018, según los organizadores.
Trump señala avance, pero insuficiente, en diálogo con México por aranceles