Río de Janeiro (AFP) – Brasil y Perú se jugarán el domingo en Maracaná (20H00 GMT) alcanzar la gloria conquistando la Copa América, pero un día antes, en Sao Paulo, Argentina y Chile chocan por el honorífico tercer puesto del torneo continental.
Argentinos y chilenos protagonizaron las dos últimas finales de la Copa América (2015 y 2016), en las que La Roja venció en ambas ocasiones en los penales.
Esta vez, sin el título en juego y con la decepción aún de haber perdido en semifinales, los dos equipos tratarán de poner punto final a su participación en el torneo con una buena imagen.
Para el técnico de La Roja, Reinaldo Rueda, el encuentro de este sábado en el Arena Corinthians de Sao Paulo (19H00 GMT) debe ganarse «por dignidad, orgullo y por querer cerrar bien un torneo en el que se generó algo importante».
«Queremos terminar de la mejor manera», dijo por su parte el técnico argentino Lionel Scaloni.
Dos acontecimientos han marcado en los últimos días la preparación de los dos equipos. Argentina aún no olvida su polémica eliminación en semifinales contra Brasil.
– «Nos sacaron algo» –
«Cuanto más pasa el tiempo, más nos damos cuenta que nos sacaron algo», declaró Scaloni respecto a la actuación del árbitro ecuatoriano Roddy Zambrano y las dos jugadas de posible penal a favor de la Albiceleste que no fueron revisadas por el VAR.
Un día después de que la AFA denunciase «los graves y groseros errores arbitrales» en una carta dirigida a la Conmebol, la federación argentina volvió a la carga para reclamar que se esclarezca si, como publicó prensa brasileña, los servicios de seguridad del presidente Jair Bolsonaro, presente en el Mineirao, interfirieron la señal del videoarbitraje.
La AFA también había criticado que Bolsonaro, en el descanso del partido de semifinales, bajase al césped a saludar a la torcida, recordando que la FIFA prohíbe cualquier acto que pueda considerarse una «injerencia» política.
El comité organizador local del torneo, no obstante, calificó de ‘normal’ la actuación del presidente y no descartó que Bolsonaro pueda hacer lo mismo en el Maracaná este domingo.
En Chile, el gobierno ofreció protección al arquero Gabriel Arias tras la andanada de insultos y amenazas que recibió en las redes sociales por el error que supuso el segundo gol en la derrota contra Perú (3-0).
Ajenos a todas estas polémicas, Brasil y Perú ya preparan en Rio la gran final del torneo de selecciones más antiguo del mundo.
Los anfitriones aparecen como claros favoritos, ya que dominan a sus rivales en el histórico de ambos (31 triunfos brasileños por 4 derrotas y 9 empates) y las casas de apuestas apenas pagan por el triunfo local, mientras que los apostantes pueden multiplicar por 10 sus ganancias si confían en los peruanos.
Brasil, además, jamás ha perdido una Copa América en casa, que la organizó en 1919, 1922, 1949 y 1989, y espera que esta ocasión no sea la excepción. Perú, en tanto, vuelve a una final de este torneo después de 44 años.
Y el portero brasileño Alisson Becker acumula 846 minutos imbatido (más de nueve partidos contando competiciones de clubes y selección) y si Brasil vence sin recibir goles, sería la primera vez en la historia que la Canarinha logra el título continental con la valla invicta.
Perú, por su parte, contará con el acicate de volver a levantar la Copa, que sería la tercera en su historia (tras las de 1939 y 1975).
– Tomárselo con serenidad –
La ilusión generada en el país incaico llevó al Ministerio de Salud a reclamar el viernes a los peruanos que se tomen con serenidad el partido.
Algo difícil teniendo en cuenta que se han agotado los vuelos para viajar de Perú a Brasil, pese a que en los últimos días se ha doblado el precio con respecto a lo habitual, alcanzando los 1.500 y 1.800 dólares por pasaje.
Las autoridades explicaron que 12.100 personas han viajado a Rio para asistir a la final, aunque entre ellas no figurará el presidente del país, Martín Vizcarra, que declinó la invitación de la Conmebol y verá el encuentro por televisión.
Por otro lado, la Coordinadora de Empresarios de Gamarra, el famoso emporio textil limeño, anunció que espera vender un millón de camisetas blanquirrojas este fin de semana.
De cual impresionar a los brasileños. «Brasil es favorito, pero Perú no le teme a nadie», advirtió el viernes el exfutbolista Cafú, dos veces campeón del Mundo y otras dos de América.
Pese al precedente del 5-0 en el cierre de la fase de grupos, los brasileños no se confían: «Va a ser una gran final, un juego muy difícil, no podemos pensar que ya ganamos, hay que jugar», declaró el volante Casemiro desde la Granja Comary, el lugar en el que la Seleçao prepara la gran final.