Santiago (AFP) – Chile lleva gastados en lo que va del año más de 900.000 dólares en deportar a unos 2.000 extranjeros, la mayoría colombianos expulsados por orden judicial o administrativa y que deben regresar a sus países bajo escolta.
Esta información consta en un informe del Ministerio del Interior chileno enviado al diputado Brito Hasbún, que solicitó datos sobre el «costo económico» de la deportación de «alrededor de 2.000 extranjeros», sujetos a órdenes de expulsión derivadas de decisiones judiciales y administrativas. Las cifras marcan un total de 907.000 dólares al cambio.
Sin embargo, el mayor costo para el Departamento de Extranjería y Migraciones recae en el pago de pasajes y dietas de los escoltas -dependiendo de la peligrosidad del deportado pueden ir uno o dos – que asciende a casi 671.000 dólares, mientras que los pasajes de los deportados fue de unos 236.000 dólares, según el documento al que tuvo acceso la AFP.
El costo promedio del pasaje (aéreo o terrestre) para un deportado asciende a 680 dólares, mientras que el de los escoltas se eleva a más del doble.
Según la lista, la mayoría de los expulsados son de nacionalidad colombiana, aunque también figuran venezolanos, dominicanos, peruanos, ecuatorianos, bolivianos y, en menor medida, paraguayos y brasileños y un español.
Además de estas deportaciones, las autoridades chilenas han establecido un plan de repatriación voluntaria para ciudadanos haitianos, al que se adhirieron más de un millar. La semana pasada llegó a Puerto Príncipe el primer vuelo con casi 200 personas que decidieron volver a Haití debido a la difícil situación que vivían en Chile.