Santiago (AFP) – En el centenario de su nacimiento -que se celebrará oficialmente este miércoles- Chile se ha volcado a festejar a una de las más multifacéticas de sus artistas, la folklorista y artesana Violeta Parra, pagando así una vieja deuda con la reconocida creadora.
La celebración, que se inició justo un año antes, tendrá su momento cumbre este miércoles, en el día en que Violeta cumpliría 100 años, y que fue instaurado desde hace un tiempo en su honor como ‘Día Nacional de la Música’.
Y es precisamente con música con lo que se celebrará en cada rincón de Chile el cumpleaños de Violeta, con unas 300 actividades en el país que la artista recorrió de palmo a palmo para rescatar sus tradiciones folklóricas.
«Se celebrará en todas las regiones del país, con cantantes o agrupaciones de reconocida trayectoria y artistas locales», anunció este martes el ministro de Cultura, Ernesto Ottone.
En Santiago, habrá 40 lugares distintos donde se celebrará el cumpleaños de la cantautora y a la música chilena. En el Museo Violeta Parra, abierto desde hace dos años, se presentarán las agrupaciones ‘Las Primas’ y ‘Así es la cosa’, que interpretarán diversas cuecas compuestas por Parra, autora de la universal canción «Gracias a la vida».
«La repercusión que ha tenido esta celebración a nivel nacional e internacional supera cualquier expectativa. En todo Chile se está haciendo algo con Violeta, es impactante», dice a la AFP la directora del museo dedicado a su obra, Cecilia García-Huidobro.
Pero la máxima celebración, un recital desde los balcones del palacio presidencial de La Moneda, en las que participarían los artistas nacionales Ana Tijoux y Gepe, junto a la hija de Violeta, Isabel Parra, fue pospuesto por lluvia por el Consejo Nacional de la Cultura, sin que hasta ahora se haya informado de una nueva fecha.
-Símbolo chileno y latinoamericano –
Después de años en que la extensa obra artística y musical de Violeta estuvo menos visible, hoy nadie discute su sitial dentro de la cultura popular chilena.
«Hoy día hay un consenso universal de lo que significa Violeta Parra a nivel mundial y de su aporte, no hay duda alguna al respecto», dice García-Huidobro.
«Es un símbolo chileno y latinoamericano, un referente, alguien que nos habla desde la tierra, de lo profundo de nuestras raíces», agregó la directora del museo que recoge buena parte de la obra pictórica de Violeta, en un total de 49 óleos, obras en papel ‘maché’ y bordados en arpillera y que ha recibido ya más de 170.000 visitas.
Hija de una campesina y de un profesor de música, Violeta Parra nació en la provincia de Ñuble, en el sur de Chile, el 4 de octubre de 1917, en el seno de una familia de artistas y creadores, en la que también se destacan su hermano cantor popular, Roberto, y el reconocido ‘antipoeta’ Nicanor Parra.
La cultura del pueblo inspiró toda la obra de Violeta, que se dedicó a recorrer el país para recabar y difundir sus tradiciones populares, que luego plasmó en sus melodías populares, arpilleras o cerámicas, con las que incluso llegó a exponer en el museo Louvre de París, convirtiéndose en la primera artista chilena en llevar su obra a ese recinto.
A los 49 años, la cantante popular decidió quitarse la vida en la carpa que había puesto en el oriente de Santiago para montar lo que ella llamó la ‘Universidad del Folklore’.