San Salvador (AFP) – Desmarcándose de los escándalos de corrupción que salpicaron a dos expresidentes de su partido, Carlos Calleja, un joven empresario de supermercados, es la carta de la derecha para recuperar el poder perdido hace una década en El Salvador.
Amante del sol, la playa y el surf, Calleja se muestra convencido en recuperar la presidencia de la república que su partido, la derechista Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), perdió en 2009 ante el partido de la exguerrilla izquierdista, actualmente en el poder.
De carácter afable, el candidato nació el 11 de febrero de 1976, tiene 42 años y es hijo del empresario Francisco Calleja y Maureen Hakker.
Los primeros tres años de su infancia los vivió en San Salvador, pero luego su familia se marchó a Nueva York, luego de que su padre aseguró ser amenazado de muerte por sectores vinculados a la naciente guerrilla a principios de la década de 1980.
– Lejos de pasado corrupto –
«Lo que me interesa es el bienestar de los salvadoreños, que juntos podamos sacar adelante el país, por eso me metí a la política”, señaló Calleja en un mensaje en uno de los mitin en el marco de su campaña en San Salvador.
El candidato, quien habla inglés e italiano, vivió gran parte de su vida en Estados Unidos, donde en 1999 se tituló de Artes Liberales en Middlebury College, y en 2005 obtuvo una maestría en Administración de Empresas en la Escuela de Negocios de la Universidad de Nueva York.
Como candidato presidencial, ha intentado que su imagen no sea salpicada con casos de corrupción de expresidentes de Arena.
«No me culpen por los errores de otros en el pasado», ha pedido insistentemente tras asegurar que no dará espacio a la corrupción en un eventual gobierno suyo.
Los expresidentes Francisco Flores (1999-2004) y Antonio Saca (2004-2009), ambos de Arena, fueron señalados de actos de corrupción.
Flores falleció en enero de 2016 mientras enfrentaba la justicia por cargos de corrupción, en tanto que Saca fue condenado a 10 años de prisión en setiembre de 2018 por el desvío de más de 300 millones de dólares durante su gestión.
– El rentable negocio –
Desde su adolescencia, Calleja conoció de cerca el negocio que manejaba su padre, la cadena de supermercados Súper Selectos, actualmente con un centenar de locales en todo en el país.
El negocio fue iniciado en 1950 por su abuelo Daniel Calleja, de origen español, y desde entonces ha resistido la llegada de multinacionales como la cadena Walmart.
En 2011 el candidato de Arena se casó con Andrea Guirola de Calleja con quien tiene dos hijos: Santiago y Miranda.
Siendo el tercero de cuatro hermanos, el candidato presidencial derechista se metió de lleno en los negocios de la familia hasta convertirse en vicepresidente ejecutivo del Grupo Calleja, que también abarca negocios en bienes raíces y servicios financieros.
El candidato ha sido el rostro visible de la Fundación Calleja, dedicada a proyectos sociales y donde se capacita a pequeños agricultores en buenas prácticas de producción y comercialización, y también brinda apoyo a programas educativos en escuelas de niños pobres.
Fiel seguidor del Alianza, club capitalino del fútbol local, el aspirante se define como «un hombre de familia, católico y amante del trabajo».
«Creo que don Carlos (Calleja) puede mejorar el país. Sé que otros presidentes que tuvo Arena hicieron cosas malas, pero él no tiene la culpa de eso y pienso que sí tiene capacidad de dirigir el país», dijo a la AFP Cindy Cabrera, una ama de casa de 43 años.
Sus contendientes en las elecciones presidenciales le achacan que representa los intereses del sector empresarial y no de la población.
«No sé cómo Calleja podría quitarse la imagen de cercanía con el empresariado, y lo que la gente quiere es ver solucionados sus problemas, no que se siga beneficiando a un sector determinado», consideró el escritor y analista Geovani Galeas.
Calleja tiene como principal contendiente al popular exalcalde de San Salvador, Nayib Bukele, de 37 años, de la conservadora Gran Alianza por la Unidad Nacional