Nueva York (AFP) – El capo de la droga colombiano «Otoniel», extraditado el miércoles desde Colombia, comparece este jueves en el tribunal de Brooklyn que instruye su caso por tráfico de droga, confirmaron fuentes judiciales.
Antonio Úsuga David, alias Otoniel, comparece a las 15H00 (19H00 GMT) ante la jueza federal Vera M. Scalon, en el tribunal federal de Brooklyn, que lo acusa de «ser líder de una empresa criminal continuada», y de haber introducido más de «10 toneladas» de cocaína a Estados Unidos como jefe del Clan del Golfo, una organización «narcotraficante paramilitar y multimillonaria», según el documento inculpatorio.
«Estamos aquí para anunciar la extradición de uno de los más peligrosos criminales», anunció Breon Peace, el fiscal federal de Brooklyn, que instruye el caso y sentará en el banquillo al acusado, que se enfrenta a una condena mínima de 20 años de cárcel y a máxima de cadena perpetua.
«Creía que era intocable, hasta ahora», dijo Peace, que advirtió que «nadie está por encima de la ley».
Su país, dijo, está «comprometido a cooperar con nuestros socios internacionales para desmantelar las organizaciones criminales transnacionales» y «frenar la marea de destrucción causada por su producto letal y sus métodos violentos para llevar a cabo sus negocios».
Dada la peligrosidad del capo y el riesgo «significante» de que pueda huir, el gobierno estadounidense ha pedido a la justicia que siga encarcelado hasta el juicio.
Llegado en la noche del miércoles a Nueva York procedente de Bogotá, la justicia estadounidense asegura que entre junio de 2003 y octubre de 2021 el acusado era «líder de una empresa criminal continuada responsable de exportar cargamentos de cocaína de múltiples toneladas desde Colombia a México y a Centroamérica para su importación final a Estados Unidos».
Otoniel, también conocido por otros alias como «Mao», «Gallo» o «Mauricio Gallo», fue detenido en octubre de 2021 tras una intensa persecución de meses por las selvas cercanas a Panamá, en el noroeste de Colombia.
Hasta entonces, comandaba el Clan del Golfo, responsable del 30% (unas 300 toneladas) de las exportaciones de cocaína del mayor productor mundial de esa droga.
Estados Unidos acusa al cártel de haber introducido al menos 73 toneladas de cocaína al país entre 2003 y 2012.
Con más de 6.000 miembros, -«más que la policía de Boston», según el fiscal-, el Clan del Golfo ejerce «control militar sobre cantidades de territorio» en la región de Urabá en Antioquia, «una de las zonas narcotraficantes que genera más ganancias dentro de Colombia», dijo el fiscal.
Tras recordar que Estados Unidos enfrenta una crisis sin precedentes de sobredosis y adicción a la droga, la jefa de la DEA, la agencia contra la droga estadounidense, Anne Milgram, indicó que más del 90% de la cocaína que llega a Estados Unidos procede de Colombia.
«La DEA no se detiene ante nada para investigar y desmantelar las redes criminales que amenazan la seguridad y la salud del pueblo estadounidense», dijo, tras explicar que la agencia lleva casi 20 años investigando a Otoniel.
«Regresará» –
La justicia colombiana también lo acusa de homicidio, terrorismo, reclutamiento de menores, secuestro y delitos sexuales, entre otros crímenes que cometió cuando fue guerrillero y paramilitar, antes de convertirse en el narco más buscado de Colombia.
Las víctimas habían solicitado la «suspensión» de la extradición, alegando su derecho a conocer la verdad y a ser reparadas. Pero la justicia colombiana dio luz verde a su traslado el miércoles, según informó la defensa de Úsuga a la AFP.
Para el gobierno, la captura y posterior extradición de Otoniel es el golpe más contundente que ha recibido el narcotráfico desde la muerte de Escobar.
Nacido en una familia campesina del noroeste de Colombia, Úsuga ha sido señalado por las autoridades de abusar de niñas y adolescentes en sus zonas de injerencia.
En 2017 había anunciado su intención de llegar a un acuerdo para someterse a la justicia, pero el gobierno contestó con una feroz persecución.
El Clan ha sido diezmado por una serie de golpes de las autoridades contra el círculo cercano de Otoniel. Tras su captura, Duque proclamó el principio del fin de la que es considerada la mayor banda narco del país.
Sus integrantes aún realizan ataques esporádicos contra la fuerza pública. El más reciente mató a seis soldados en uno de sus fortines.
Otoniel pasó a encabezar el grupo tras la muerte de su hermano Juan de Dios, «Giovanni», en enfrentamientos con la policía en 2012. Se inició en las armas como guerrillero del Ejército Popular de Liberación, una guerrilla marxista desmovilizada en 1991.
Tras entregar las armas, combatió en grupos paramilitares de extrema derecha que sembraron terror en los años noventa con masacres y atrocidades cometidas en su lucha contra las guerrillas de izquierda radical.
El grueso de estos grupos de autodefensas se desmovilizaron en 2006 tras acordar con el gobierno de Álvaro Uribe (2002-2010). Pero Otoniel decidió mantenerse en la ilegalidad.