Washington (AFP) – El presidente electo de El Salvador, Nayib Bukele, dijo este miércoles en Washington que quiere crear una comisión internacional contra la corrupción con Naciones Unidas y la OEA, como parte de los planes para su mandato, que afirmó que es suficiente tiempo para terminar con la emigración.
«Ya hemos hecho un llamado para la Comisión Internacional para la Impunidad y la Corrupción. Lo bueno de una comisión internacional es que quita la influencia o la mayor cantidad de influencia que pueden tener los corruptos», dijo Bukele en un evento organizado por el Centro de Pensamiento Heritage Foundation.
Bukele ganó las elecciones del pasado 3 de febrero con un discurso irreverente, con el que logró romper el bipartidismo reinante en el país donde en los últimos 30 años el panorama político estuvo dividido entre el conglomerado de derecha Alianza Republicana Nacionalista y el izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).
Para Bukele la ventaja de un organismo de este tipo es que sus resultados quedarían avalados.
«Puede ser la ONU o puede ser la Organización de Estados Americanos, hemos hablado con ambos. El doctor (Luis) Almagro de la OEA, incluso tuiteó de eso hace unos meses, está dispuesto a trabajar de la mano con la ONU, lo que sería inédito», afirmó a la prensa en un evento en que su estilo informal sin corbata contrastaba con la concurrencia.
Con respecto al voto de El Salvador en la OEA, Bukele, un duro crítico del mandatario venezolano Nicolás Maduro y del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, advirtió que, con él en el poder, su país cambiará de rumbo.
«En el caso de Ortega y de Maduro pueden irse despidiendo de sus aliados en El Salvador», dijo a la prensa Bukele, que asumirá el mando el 1 de junio.
– Críticas a China –
Bukele llega a Estados Unidos en un momento de tensión por las sucesivas caravanas de migrantes que salen de Centroamérica con rumbo al norte.
Estas caravanas tuvieron una gran repercusión mediática y captaron al atención del presidente estadounidense, Donald Trump, actualmente enfrascado en una pugna con el Congreso para lograr fondos para construir un muro en la frontera con México para frenar la inmigración.
Ante la negativa para aprobar los fondos, Trump tuvo al gobierno en parálisis administrativa más de un mes y finalmente decidió decretar una emergencia nacional para obtener los fondos necesarios.
Bukele dijo que tras reunirse con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y que éste afirmara que quiere comprometerse a frenar la emigración antes del fin de su mandato, él puede hacer lo mismo.
«Igual que el presidente López Obrador, que me decía en su despacho que él quería terminar su sexenio con una reducción casi total de la migración forzada. Si el presidente López Obrador se puede comprometer a eso, ¿por qué nosotros no?», dijo Bukele.
Antes de las reuniones que tiene previstas el jueves en el Departamento de Estado y con el consejero de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Bolton, prometió: «Nosotros nos comprometemos a frenar la inmigración (de salvadoreños en Estados Unidos) en cinco años».
«Seguro que también podemos reducir la migración forzada si creamos más oportunidades de empleo. No pensemos en las soluciones en la frontera. Pensemos en las soluciones allá en nuestro país», aseguró Bukele.
Estados Unidos comprometió entre 2016 y 2017 cerca de 5.400 millones de dólares para ayudar a los países del Triángulo Norte (Guatemala, Honduras y El Salvador).
Bukele, de 37 años, dijo que no busca ayuda internacional, que lo que quiere es hacer negocios.
«Estados Unidos pueden mandar mil millones de dólares en ayuda pero eso no va a marcar una diferencia», dijo. «Si ellos quieren empezar a hacer negocios con nosotros, eso sí va a marcar una diferencia», aseguró.
Con respecto a China, Bukele dijo que no ha tomado una decisión sobre su postura después de que en 2018 su predecesor, Salvador Sánchez Cerén, decidiera romper relaciones diplomáticas con Taiwán e inaugurar un vínculo con China.
«Esa decisión no ha sido tomada todavía», dijo el presidente electo que, sin embargo, criticó el rol de China afirmando que el país «juega sin respetar las reglas».
«Ellos no son una democracia (…) pero se meten en tu democracia», afirmó.