Brasilia (AFP) – El nuevo canciller brasileño, Ernesto Araújo, y el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, se comprometieron este miércoles a construir una «asociación mucho más intensa» entre sus países y a luchar juntos contra «regímenes autoritarios», como los de Cuba y Venezuela.
La reunión entre ambos dirigentes tuvo lugar en Brasilia y forma parte de los nuevos alineamientos geopolíticos del gobierno del ultraderechista Bolsonaro, que incluyen acercamientos con otros gobiernos conservadores como Israel, Italia o Hungría.
Tras el encuentro, Pompeo fue recibido por Bolsonaro en el Palacio de Planalto, donde el martes recibió la banda presidencial de manos del expresidente Michel Temer.
«Vamos construir una asociación mucho más intensa, mucho más elevada entre Brasil y Estados Unidos (…) Estamos iniciando una etapa que será muy productiva», señaló Araújo, un gran admirador del presidente estadounidense Donald Trump, en una breve declaración a la prensa.
El canciller dijo que la nueva relación con Estados Unidos es consecuencia de un «realineamiento interno de Brasil». Consultado sobre si esta relación con el gobierno de Trump podría representar riesgos comerciales con otros países -en alusión indirecta a China- indicó que «un país grande no necesita renunciar a sus ideas para crear oportunidades económicas».
Durante la campaña, Bolsonaro acusó a Pekín, principal socio comercial del país, de estar «comprando a Brasil».
Pompeo afirmó por su parte que este acercamiento con la principal potencia latinoamericana es «una oportunidad transformadora para las dos naciones», en el ámbito de los negocios y la seguridad.
«Y es una oportunidad para trabajar juntos contra los regímenes autoritarios de todo el mundo», como Cuba, Venezuela y Nicaragua, agregó.
En septiembre, en el marco de la Asamblea General de la ONU, Trump aseguró que «todas las opciones están sobre la mesa» en el caso venezolano, «las fuertes y las menos fuertes».
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, acusó por su parte a Estados Unidos de ser coordinador de un complot para generar incidentes armados en las fronteras de Venezuela con Colombia y Brasil, y justificar una intervención militar.