La Habana (AFP) – Un ambiente de entusiasmo reina en «La Finca», la catedral del boxeo en Cuba, donde «Los Domadores» entrenan intensamente para su próximo debut profesional. «Era lo que estábamos esperando hace tiempo», dice su capitán, Julio César La Cruz.
Las autoridades cubanas dieron luz verde esta semana para que los boxeadores cubanos puedan participar en los circuitos profesionales por primera vez desde 1962, bajo la tutela de la federación local, y en la Escuela Nacional de Boxeo (La Finca), en la periferia de La Habana, el anuncio fue revitalizante.
«Vino un poco a alegrarnos a todos y a darnos satisfacciones a toda la familia del boxeo», declara a la AFP Rolando Acebal, de 64 años, de ellos 11 al frente del «buque insignia» del deporte cubano, dueño de 80 títulos mundiales y 41 olímpicos.
Para La Cruz, de 32 años, bicampeón olímpico y cinco veces mundial, la noticia llegó «en el momento preciso». «Va a ser algo bonito, especial e histórico», añade, bañado en sudor, después de casi tres horas de sparring.
El «bailarín» Andy Cruz (26), que ganó su primer título olímpico en Tokio-2020, también está «feliz» porque ahora podrá medirse con «los mejores boxeadores del mundo» en su categoría.
Pero hay otra razón de peso para celebrar. Según la Federación Cubana de Boxeo, los púgiles recibirán el 80% de los ingresos obtenidos por cada combate.
«Este bono económico nos va a ser de mucha utilidad ya que muchos tenemos familias», asegura el bicampeón olímpico Arlen López, padre de dos niños, mientras el país enfrenta su peor crisis económica en casi 30 años, debido al impacto de la pandemia y al reforzamiento del embargo de Estados Unidos.
Se calienta el ring –
El deporte profesional fue abolido en Cuba por la revolución de Fidel Castro que apostó por el desarrollo del amateurismo y llevó a la pequeña isla a la élite mundial en algunas disciplinas. En 2013, comenzó un tímido regreso con fórmulas indirectas en deportes como el béisbol, en busca de nuevas formas de financiamiento.
Luego de cinco décadas de práctica no profesional, la escuadra local logró adaptarse rápidamente al boxeo semiprofesional de la Serie Mundial (WSB), en la que debutó en 2014 con la franquicia «Los Domadores». Ganó tres de las cinco ediciones en que compitió, incluida la última, celebrada en 2018.
Acebal confía en que tampoco habrá problemas con la «adaptación» al boxeo rentado que, además de disputar un mayor número de asaltos, se caracteriza por ser más ofensivo y por un golpeo más contundente.
«Ya estamos en preparación y esas cuestiones se entrenan», precisa, mientras guía el entrenamiento, que López considera «el doble» de lo habitual.
Sobre todo, no pierde de vista a los cinco boxeadores (La Cruz, Andy, López, Yoenlis Feliciano y Lázaro Álvarez) que participarán en el debut profesional de Cuba en mayo próximo en México, según el contrato firmado con la empresa mexicana Golden Ring Promotions.
AMB abre sus puertas –
El alegrón por la anunciada apertura traspasó las fronteras de la isla.
«Una gran noticia para el boxeo profesional», porque «Cuba es una fábrica de campeones», dijo el presidente de la Federación Española de Boxeo, Felipe Martínez, que acompaña a un grupo de peleadores de su país que se foguean en La Finca de cara a París-2024.
Por su parte, Luis Mariano González, entrenador cubano del equipo que Francia está armando para esos juegos y que también está entrenando en la isla, consideró que «es un paso que va a elevar aún más el nivel del boxeo cubano».
La Asociación Mundial de Boxeo (AMB), una de las cuatro entidades más importantes del boxeo profesional, abrió «sus puertas» a los cubanos tras conocer el acuerdo con Golden Rings Promotions.
«Me parece que es una nueva oportunidad para los boxeadores cubanos que hacen vida en su país», dijo su presidente Gilberto Jesús Mendoza, según el portal de la Asociación, que ha sido la casa de grandes fajadores cubanos que abandonaron la isla para probar suerte en el boxeo rentado, entre ellos Yuriorkis Gamboa, Guillermo Rigondeaux y Luis Ortiz.
De hecho, Acebal opina que la apertura al boxeo profesional puede frenar ese éxodo, que registró su más reciente episodio en marzo cuando los boxeadores Kevin Brown y Herich Ruiz abandonaron la delegación cubana que participaba en el Campeonato Panamericano de Ecuador.
«El que sea un poquito inteligente, no tendrá necesidad de irse», afirma.
La pregunta que ahora se hacen los fanáticos del deporte de los puños es si el embargo de Estados Unidos, vigente desde 1962, permitirá a los campeones cubanos participar en las principales carteleras del boxeo profesional, que generalmente se organizan en ese país.