Brasilia (AFP) – El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, dijo este jueves en una carta dirigida a su par estadounidense, Joe Biden, estar dispuesto a trabajar con la comunidad internacional para «la protección ambiental» de la Amazonía y prometió acabar con la deforestación ilegal en su país para 2030.
El mandatario sostuvo que ese objetivo requerirá «recursos voluminosos» y pidió «todo el apoyo posible» de la comunidad internacional, gobiernos, empresas y sociedad civil.
«Queremos reafirmar, en un inequívoco apoyo a los esfuerzos emprendidos por su excelencia, nuestro compromiso en eliminar la deforestación ilegal en Brasil para 2030», dice la carta de siete páginas que la Presidencia difundió este jueves, previo a la cumbre de Jefes de Estado sobre cambio climático en Washington el 22 de abril.
Brasil se comprometió a dicha meta al suscribir en 2015 al Acuerdo de París, un tratado internacional sobre cambio climático que busca limitar el calentamiento global a 2° Celsius por encima de los niveles preindustriales y continuar los esfuerzos para bajarlo a 1,5°C.
Pero la llegada de Bolsonaro al poder en 2019 ha puesto en duda estos objetivos, dadas sus posiciones favorables a la explotación minera y agrícola de reservas naturales y tierras indígenas.
El líder ultraderechista llegó inclusive a protagonizar duros enfrentamientos con el presidente francés, Emmanuel Macron, y con el propio Biden, que han criticado el aumento de la deforestación bajo su mandato.
«Es con ese espíritu que participaré de la Cumbre de Líderes: el de reafirmar la disposición de mi país y mi propia disposición de trabajar de la mano de la comunidad internacional en pro de la protección ambiental y del desarrollo sostenible de la Amazonía», afirma Bolsonaro, en un aparente cambio de tono.
Bolsonaro reconoce en la misiva el aumento de las tasas de deforestación desde 2012, y anuncia la posibilidad de anticipar de 2060 a 2050 el objetivo de alcanzar la neutralidad climática, que implica la total compensación de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Tanto para este objetivo, como para acabar con la deforestación ilegal, subraya la necesidad de obtener «recursos significativos».
«Brasil merece ser justamente remunerado por los servicios ambientales que sus ciudadanos han brindado al planeta», añade la carta, que también ratifica los compromisos de reducción de gases de efecto invernadero según el Acuerdo de París.
Durante su campaña electoral, Biden prometió reunir 20.000 millones de dólares entre varios países para que Brasil dejara de deforestar y advirtió sobre «consecuencias económicas significativas» si no lo hacía. Bolsonaro replicó entonces: «Nuestra soberanía no es negociable».
Bolsonaro, aliado ideológicamente con el expresidente Donald Trump, fue el último líder del G20 en reconocer la victoria de Biden.
Tras la llegada de Biden al poder, Washington ha dicho que espera de Brasil «más pasos concretos» contra el cambio climático.
La destrucción de la selva amazónica, recurso clave en la lucha contra el cambio climático, aumentó durante la gestión de Bolsonaro, impulsando las emisiones de carbono de Brasil.
Entre agosto de 2019 y julio de 2020, período de referencia para medir la deforestación, la devastación de la Amazonía brasileña aumentó 9,5%, destruyendo un área mayor que Jamaica, según números del gobierno.