Porto Velho (Brasil) (AFP) – El presidente Jair Bolsonaro autorizó este viernes el uso de militares para combatir los incendios en la Amazonía, en su primera medida en respuesta a la presión internacional y a las preocupaciones del agronegocio, que podría sufrir las consecuencias de la inacción gubernamental.
En medio de protestas callejeras en varias ciudades de Brasil y de otros países en defensa del «pulmón del planeta», el presidente estadounidense, Donald Trump, le ofreció ayuda a su aliado Bolsonaro para luchar contra el fuego, como ya hicieron varios países.
Por decreto, el mandatario ultraderechista brasileño autorizó desde este sábado y durante un mes el uso de tropas en tierras indígenas, áreas de frontera y de conservación ambiental «para acciones preventivas y represivas contra delitos ambientales» y en «la identificación y el combate a focos de incendio» en la Amazonía, a condición de que «sea solicitado por el gobernador» del estado concernido.
Dos estados, Roraima y Rondonia, ya lo hicieron.
En un principio el gobierno brasileño atribuyó el aumento de los incendios -un 85% más en lo que va del año respecto al mismo periodo de 2018- a la temporada seca, y Bolsonaro insinuó que las ONG eran responsables de propagarlos, lo que desató una oleada de críticas a nivel mundial en su contra.
Brasil se encuentra en temporada seca, cuando los incendios son frecuentes, aunque especialistas coinciden en que no se trata de un año de sequía intensa y que el fuerte incremento de los focos se debe a la deforestación.
Un equipo de la AFP se desplazó a Porto Velho, capital del estado de Rondonia (limítrofe con Bolivia), cubierta desde el amanecer por una fina capa de humo rojiza. Espesas columnas de humo se alzaban sobre los densos bosques de este estado occidental, donde las llamas de varios incendios eran visibles a lo largo de kilómetros.
– «Salven nuestro planeta»
Con carteles de «Act for Amazon», «Salven nuestro planeta» y «La Amazonía no está en venta», miles de personas protestaron en distintas ciudades de Brasil y frente a embajadas y consulados de otras capitales latinamericanas y europeas contra Bolsonaro, un escéptico del cambio climático al que acusan de propiciar la deforestación y los incendios con sus políticas de abrir las zonas protegidas al agronegocio.
«Brasil tiene cómo crecer sin deforestar. Es una cuestión de voluntad política», exclamó a la AFP Fabiola Zervini, una activista ambiental de 42 años que desfilaba por la Avenida Paulista, la principal arteria de Sao Paulo.
Una gran pancarta negra avanzaba con el lema: «Quemen a los fascistas, no a las selvas», en una muestra de la crispación popular.
En una entrevista telefónicoa con AFP desde Alemania, el líder indígena Raoni, un aliado clave de la defensa de la Amazonía recibido por el papa en el Vaticano, dijo que hay que sacar a Bolsonaro del poder «lo más rápido posible».
«Pienso que el presidente de Francia y otras fuerzas internacionales pueden presionar para que el pueblo y el Congreso hagan partir a Bolsonaro», dijo Raoni.
Celebridades como Madonna, Ricky Martin, Novak Djokovic, Gisele Bundchen y Leonardo DiCaprio acentuaron la presión.
– «Listos para ayudar»
En medio de tanta crítica, Trump habló con su aliado brasileño para ofrecerle su ayuda para combatir los focos de incendio.
«Le dije que si Estados Unidos puede ayudar con los incendios en la selva de la Amazonía, ¡estamos listos para hacerlo!», agregó.
Países sudamericanos como Chile, Colombia y Argentina, y europeos como Gran Bretaña, también le ofrecieron colaborar en las tareas de extinción.
La repercusión internacional generada por los incendios en la Amazonía, un 60% de cuyo territorio forma parte de Brasil, siguió aumentando este viernes.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, que llamó a sus pares del G7 a discutir «de emergencia» el tema en la cumbre que realizan este fin de semana en Biarritz, acusó a Bolsonaro de haberle mentido sobre sus compromisos climáticos, «teniendo en cuenta la actitud de Brasil de las últimas semanas».
El Elíseo amenazó, además, con no ratificar el acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur, que París condicionó a que Brasil respetara compromisos medioambientales.
– «Potenciar el odio» –
En respuesta, Bolsonaro recordó que no fue el gobierno brasileño el que divulgó el jueves «fotos del siglo pasado para potenciar el odio contra Brasil por mera vanidad».
Para ilustrar los incendios, el presidente francés acompañó un tuit, escrito en francés y en inglés, de una foto de hace al menos 16 años, lo que causó mucha polémica en las redes.
También Irlanda amenazó el acuerdo comercial entre los dos bloques. Un portavoz del gobierno alemán temperó luego ese ímpetu, afirmando que «el fracaso de la conclusión del acuerdo Mercosur no contribuiría a reducir la desforestación en Brasil».
La preocupación del agronegocio brasileño, que teme pagar las consecuencias, también se hizo sentir y la ministra de Agricultura, Tereza Cristina, pidió «bajar la temperatura» de la discusión.
«El gobierno brasileño subestimó severamente la escala de preocupación global en torno a la Amazonía. También calcularon de forma errada hasta qué punto acelerar la deforestación podría amenazar las relaciones bilaterales y multilaterales», dijo a la AFP Robert Muggah, investigador del Instituto Igarapé, un centro de análisis de Río de Janeiro.