Brasilia (AFP) – El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, creó el miércoles un nuevo frente de crispación diplomática al rechazar las críticas de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, descalificando la competencia de la expresidenta chilena y atacando a su padre, torturado por la dictadura de Augusto Pinochet.
Sebastián Piñera, primer mandatario latinoamericano a quien Bolsonaro visitó tras llegar al poder en enero, salió en defensa de su predecesora socialista.
La polémica se produce en medio de la batalla entre Bolsonaro y el presidente francés, Emmanuel Macron, en torno a la «soberanía» sobre la región amazónica, donde los incendios provocados por la deforestación siguen proliferando.
Bachelet afirmó en Ginebra que en los últimos meses se observa en Brasil «una reducción del espacio cívico y democrático», así como un «aumento» del número de muertos -sobre todo negros y habitantes de las favelas- en operaciones policiales.
La exmandataria se refirió igualmente a la deforestación de la Amazonía, provocada por el avance de actividades agropecuarias y mineras, en un proceso que empieza con quemas y afecta «sobre todo a las comunidades indígenas».
Bolsonaro acusó en Twitter a Bachelet de «entrometerse en los asuntos internos y en la soberanía brasileña», «siguiendo la línea» de Macron, quien evocó una internacionalización de la Amazonía en caso de que Brasil no logre preservar la mayor selva tropical del planeta.
En declaraciones a periodistas en Brasilia, el presidente elogió la dictadura militar de Augusto Pinochet (1973-1990), que derrocó al gobierno socialista de Salvador Allende.
Bachelet «dice que Brasil pierde espacio democrático, [pero] si la gente de Pinochet no hubiera derrotado a la izquierda en 1973, y con ella a su padre, Chile sería hoy como Cuba», dijo en referencia al general de brigada Alberto Bachelet.
El padre de la Comisionada de la ONU fue detenido y torturado tras oponerse al golpe de Pinochet y murió en la cárcel en 1974. La expresidenta también fue torturada antes de exiliarse.
«Cuando hay personas que no tienen nada que hacer, como la señora Michelle Bachelet, ocupan el sillón de los derechos humanos de la ONU», remató el mandatario brasileño.
«No comparto en absoluto la alusión hecha por el presidente Bolsonaro respecto a una expresidenta de Chile y especialmente en un tema tan doloroso como la muerte de su padre», afirmó por la tarde Piñera en una declaración pública en la palacio de Gobierno en Santiago.
Bolsonaro, que el domingo pasará por una cirugía, prometió que irá «aunque sea en silla de ruedas» a la Asamblea general de la ONU que se abre en menos de tres semanas en Nueva York, para defender la posición de Brasil en la cuestión amazónica.
El viernes, participará por videoconferencia en una reunión regional de líderes de países con territorios amazónicos, en la ciudad colombiana de Leticia (triple frontera entre Perú, Colombia y Brasil).
La cancillería de Brasil informó en un comunicado que el gobierno recibió «con indignación» los comentarios de Bachelet y sugirió que su oficina evite «precipitaciones, falsedades e ilaciones inapropiadas al comentar la política interna de un país democrático como Brasil».
– «La Amazonía es nuestra»
En una entrevista publicada este martes por el diario Folha de S.Paulo, Bolsonaro reiteró que solo aceptará la ayuda para combatir los incendios anunciada por Macron tras la reciente reunión del G7 si el mandatario francés se retracta de haber sugerido internacionalizar la Amazonía.
E, irónicamente, le agradeció haberle permitido empuñar la bandera del nacionalismo, en momentos en que sufre una erosión de su popularidad.
«No necesito limosna. Él (Macron) me dio dos cosas gratis: el discurso de la soberanía y el del patriotismo».
Bolsonaro pidió el martes a los brasileños que vistan los colores patrios -verde y amarillo- durante las celebraciones del día de la independencia, el próximo sábado, «para mostrar al mundo que esto es Brasil, que la Amazonía es nuestra».
Estudiantes y grupos opositores llamaron a protestar vestidos de negro, en señal de «luto» por las medidas del gobierno.
Desde enero hasta el 3 de septiembre, los satélites del instituto de observaciones espaciales INPE contabilizaron 93.947 incendios en Brasil, 772 más que el lunes 2, un récord desde 2010 para ese periodo. Un 51,9% del total se registró en la región amazónica.