Bolivia y Brasil cierran 37 pasos fronterizos para combatir la delincuencia
Cartel en Puerto Quijarro, en la frontera entre Bolivia y Brasil, el 2 de abril de 2013 © AFP/Archivos Yasuyoshi Chiba

La Paz (AFP) – Bolivia y Brasil acordaron cerrar durante un mes, y desde la medianoche hasta la madrugada, 37 pasos en un segmento de su larga frontera, para combatir el flujo de delincuentes, informó este sábado una fuente policial boliviana.

La medida, ceñida al departamento boliviano de Pando (extremo norte), entró en vigor la medianoche del viernes, desde las 00H00 hasta las 06H00 locales, según el coronel Octavio Gutiérrez, comandante regional de la Policía del departamento Pando, citado por la agencia de noticias Fides.

Las policías de Bolivia y Brasil tomaron esa decisión «para evitar la proliferación de delitos en todo el departamento (Pando) y en especial en la ciudad de Cobija (su capital)», explicó Gutiérrez.

Se trata de «37 los puntos considerados fronterizos, la finalidad es erradicar los delitos de robos, atracos y delitos relacionados al narcotráfico, como los ajustes de cuentas», además de la trata de personas, declaró Gutiérrez.

Según recuentos periodísticos, en 2016 se reportaron alrededor de 20 secuestros de ciudadanos en la región, y varios casos de ajustes de cuentas por narcotráfico.

La medida fue adoptada días después de que un gabinete de ministros de ambos países acordara en la ciudad boliviana de Santa Cruz (este) acciones comunes en inteligencia y control aéreo contra el crimen organizado que opera en una extensa frontera común de 3.400 kilómetros, entre estos el segmento que corresponde a Pando.

Por la frontera binacional hay un fluido tráfico de cocaína y marihuana, de armas y de automóviles.

Bolivia reveló en los últimos meses que varios sonados casos de atracos fueron realizados por brasileños ligados a la banda criminal Primer Comando de la Capital (PCC), como el robo en abril pasado de la empresa de caudales Brinks y a la tienda de joyas Eurochronos, a mediados de julio.

El último se saldó con la muerte de tres delincuentes, un policía y una rehén civil, tras una fuerte balacera en el corazón económico de Santa Cruz.