Buenos Aires (AFP) – Boca Juniors volvió a consagrarse campeón en el fútbol argentino, esta vez en la Copa de la Liga de 2022, con nutrida participación de jugadores extranjeros claves para el equipo, nativos de Perú, Colombia y Paraguay.
Entre las figuras destacadas del plantel campeón asoma el colombiano Sebastián Villa, el extremo de 25 años que se hizo lugar con habilidad y velocidad para abrir espacios en las defensas rivales.
Llegado a Boca hace cuatro temporadas, a finales de junio de 2018, desde Deportes Tolima, el extremo antioqueño no tardó en mostrar su calidad como jugador, con 22 goles y 21 asistencias en los 122 encuentros disputados en el club azul y oro.
Juan Román Riquelme, ídolo histórico y actual vicepresidente de Boca, no dudó en afirmar hace unos días que «Villa sigue demostrando sin dudas que hoy es el mejor jugador del futbol argentino, el más desequilibrante. Es importante, si (él) no hace el gol, te lo hace hacer».
Al mismo tiempo, Villa también fue protagonista en acciones polémicas, como cuando declaró su voluntad de irse del club, lo que no se cumplió porque no llegó ninguna oferta satisfactoria, como también las demandas judiciales que debe afrontar por denuncias de violencia de género contra sus exparejas.
Otro titular indiscutido es el colombiano Frank Fabra, asentado como lateral izquierdo, que ya lleva seis años y medio en Boca, donde alcanzó el nivel para luego ser convocado a la selección cafetera, aunque no pudo jugar el Mundial de Rusia-2018 por una rotura de ligamentos que sufrió pocas semanas antes del torneo.
Surgido en Envigado y con pasos en Deportivo Cali e Independiente Medellín, Fabra llegó a Boca en 2016 y desde entonces totaliza 160 encuentros, con 13 goles anotados y 21 asistencias que lo han convertido en un referente por su velocidad e inteligencia para pasar al ataque.
El lateral también fue elogiado por Riquelme, que consideró que «es parte del club. A veces decís ‘qué crack’ y hace golazos, y a veces lo querés matar porque se queda mirando para otro lado [cuando defiende], va a quedar en la historia como uno de los mejores laterales izquierdos del club».
En la zaga, el toque peruano lo aportan el central Carlos Zambrano y el lateral derecho Luis Advíncula, ambos integrantes de la selección inca y con experiencia y personalidad.
Zambrano, con una larga trayectoria en el fútbol europeo, sobre todo en Alemania, donde actuó en Eintracht Francfort, Schalke 04 y St Pauli, llegó a Boca en febrero de 2020 y en estos dos años obtuvo tres títulos, como parte de una defensa en la que alterna la zaga con Marcos Rojo y Carlos Izquierdoz.
Advíncula llegó a Boca en plena madurez, en julio del año pasado y luego de varias temporadas de recorrido por el mundo, ya que luego de sus comienzos en Juan Aurich y Sporting Cristal, actuó en Hoffenheim (Alemania), Ponte Preta (Brasil), Vitoria Setúbal (Portugal), Bursaspor (Turquía), Newell’s (Argentina), Tigres y Lobos (México) y Rayo Vallecano (España).
La Legión extranjera de Boca también tiene al colombiano Jorman Campuzano, que ya lleva 92 partidos en la entidad, y alternó varios encuentros en la mitad de la cancha como volante central.
La delegación se completa con el paraguayo Óscar Romero, una de las incorporaciones más flamantes, y de hecho apenas lleva tres meses en Boca, ya que llegó a mediados de febrero con un contrato por dos temporadas, con un fuerte impulso de Riquelme, que no dudó en llamarlo para convencerlo de calzarse la casaca azul y amarilla.
Con una larga trayectoria en los clubes argentinos Racing y San Lorenzo, a Romero le llegó la oportunidad a los 29 años y con la necesidad de adaptarse rápido a las exigencias de Boca, y en los últimos encuentros pudo mostrar su calidad, en coincidencia con la mejoría colectiva del equipo.