El Zonte (El Salvador) (AFP) – La prolongada caída de su valor les preocupa y, aunque menos entusiasmados que al inicio, los usuarios confían en una recuperación. El bitcóin cumple un año como moneda de curso legal en El Salvador, con algunos planes inconclusos.
El año 2021 «ha sido bueno» pero el valor del activo desde «hace unos cinco meses solo ha ido para abajo», comenta María Aguirre, de 52 años, comerciante en El Zonte, un balneario famoso por el surf y por ser uno de los lugares más entusiastas en el uso del bitcóin, 60 km al suroeste de San Salvador.
«Ahí seguimos tratando la manera de seguir usándolo», añade.
De hecho ya lo utilizaban antes de que el proyecto insignia del presidente Nayib Bukele se lanzara el 7 de septiembre de 2021, con la promesa de bancarizar a una población que en su mayoría opera fuera del sistema formal.
El Salvador se convirtió hace un año en el primer país en aceptar el bitcóin como moneda legal, a la par del dólar, su moneda desde hace dos décadas. Una medida cuestionada por el Banco Mundial, el FMI y el Banco Interamericano de Desarrollo, que advirtieron sobre su alta volatilidad.
El gobierno creó la billetera electrónica Chivo, y concedió el equivalente a 30 dólares a cada usuario. Hasta enero la aplicación tenía 4 millones de descargas, según el propio mandatario, en un país de 6,6 millones de personas y con una diáspora de 3 millones, principalmente en Estados Unidos.
Bukele buscaba que las remesas que los salvadoreños en el extranjero envían al país, que representan un 28% del PIB, se canalizaran más por Chivo y menos por las agencias tradicionales, que cobran comisiones más altas.
Sin embargo, el expresidente del Banco Central de Reserva Carlos Acevedo precisa que «menos del 2% de las remesas están llegando a través de billeteras digitales, lo cual significa que por ese lado tampoco hubo beneficios».
«En un momento sí lo usé, pero como van las cosas ahora me genera desconfianza y hasta he desinstalado la aplicación», contó Carmen Mejía, una estudiante universitaria de 22 años.
Volatilidad –
Cuando se lanzó el plan, María llevaba ocho meses usando bitcóin en El Zonte, una playa amada por los surfistas, en la costa del océano Pacífico.
En septiembre de 2021 el bitcóin rondaba los 45.000 dólares. Tras las primeras compras de El Salvador la moneda llegó a 68.000 dólares en noviembre. Entonces Bukele aseguró que utilizó las ganancias para la construcción de una veterinaria pública.
Luego anunció su plan para construir la Bitcóin City, una ciudad próxima al Golfo de Fonseca que funcionaría con la energía térmica de un volcán. Para edificarla, emitiría unos 1.000 millones de dólares en bonos bitcóin.
Pero la volatilidad del mercado y el derrumbe de algunas criptomonedas menos sólidas arrastraron al bitcóin hacia los 20.000 dólares y retrasaron los planes de Bukele.
Según un reporte de la calificadora de riesgo Moody’s de julio, publicado por la prensa especializada, el plan de Bukele ha costado 375 millones de dólares.
María Aguirre dice que en su pequeño negocio recibe a quien «quiera pagar con bitcóin». Y recuerda que los expertos en la zona le sugirieron que «cuando la criptomoneda está a la baja no toquemos el dinero, porque si lo tocamos vamos a perder todo».
Criptoinvierno –
Aprovechando el desplome del precio, Bukele compró en julio 80 bitcoines a 19.000 dólares cada uno, con lo cual El Salvador acumula 2.381 unidades.
En junio aconsejó «dejar de ver la gráfica» y disfrutar la vida, porque se trata de una inversión segura que volvería a crecer. «Paciencia es la clave», agregó.
Para Acevedo, la idea de usar la criptomoneda «realmente no ha funcionado» y «hasta el momento ha sido una apuesta bastante fallida». No un fracaso, «porque podría recuperarse y salir de este criptoinvierno en el que está».
Por ahora el plan no ha conseguido la «inclusión financiera» que buscaba y el desplome de la criptomoneda «influye psicológicamente en la gente que no lo ve con entusiasmo», agrega.
En medio de advertencias de un posible default por una deuda pública que supera el 80% del PIB, Bukele anunció en julio un plan de recompra adelantada de bonos que vencen en 2023 y 2025, y aseguró que el país tiene suficiente liquidez.
Esta medida hizo ceder el riesgo país, explica Acevedo, pero «es impensable que El Salvador pueda regresar a los mercados de deuda convencionales mientras el riesgo país no baje» aún más.
Cheetara Hasbún, trabajadora de un hotel en El Zonte, cree que el uso de la criptomoneda ha sido bajo porque la gente «todavía no está convencida» de que sea «un buen método de pago».
«Hay que darle más tiempo a la moneda, así como se le dio al dólar», concluye.