París (AFP) – Egan Bernal se proclamó ganador del Tour de Francia, este domingo tras el paseo de los campeones con final en los Campos Elíseos de París, que ganó Caleb Ewan, mientras Colombia vibra con el niño prodigio de Zipaquirá, dueño para siempre del maillot amarillo a los 22 años.
«¡Viva Francia!, ¡Viva Colombia!», gritó desde el escalón más alto de los Campos Elíseos Bernal en un espectacular anochecer en el que por fin sonó el himno del país cafetero.
La gran potencia ciclista latinoamericana, que había ganado prácticamente en todos los terrenos, alcanzó la tierra prometida.
– Tres escarabajos ‘Top-10’ –
Y fue Bernal el elegido. Obviamente ganador también del maillot blanco de mejor sub-26 de la carrera, se convirtió en el tercer vencedor más joven de la historia, con 22 años y seis meses.
Le acompañan en el podio su compañero en el Ineos Geraint Thomas, ganador en 2018, y el holandés Steven Kruijswijk (Jumbo).
Muestra de una pujanza imparable, el ciclismo colombiano había situado tres veces a un corredor en la segunda plaza en los últimos siete años, Nairo Quintana (2013 y 2015) y Rigoberto Urán (2017), siempre detrás de Chris Froome.
Ambas figuras cafeteras estuvieron de nuevo este año en el Top-10: Urán fue séptimo y Quintana octavo, con una victoria en los Alpes en el bolsillo.
Justo antes de entrar en París, rodaron al frente del pelotón y se tomaron una histórica fotografía junto a Bernal que completó el cuarto colombiano de esta edición 2019, Sergio Henao, que finalizó en el 47º puesto.
– Hamburguesas y cervezas –
Después de entrar de la mano de su compañero Thomas en la meta de Val Thorens el sábado, bonita imagen del traspaso de poder y del cambio generacional en el equipo Ineos, Bernal empezó a digerir lo conseguido.
Lo hizo con cervezas, hamburguesas y papas fritas, el alegre menú de la victoria en el camión-restaurante del equipo Ineos, vestido de amarillo para la ocasión.
Tras dormir en la estación de esquí, los ciclistas dejaron la lluvia y el frío a las 08h00 GMT para viajar en avión a las afueras de París, donde les esperaba un atardecer soleado y agradable.
Ya entonces miles de aficionados colombianos, con camisetas de la selección y banderas, tomaban posición en los mejores tramos del circuito por el centro de la capital francesa.
«Gracias Colombia, espero que sean muchos más», dijo Bernal desde el podio en una ceremonia en la que brevemente habló en español, inglés, italiano y francés.
«Es increíble, no sé qué decir. Gané el Tour, pero sigo sin creérmelo», señaló justo antes.
En París ya habían aterrizado para celebrar el gran momento su madre Flor y su hermano Ronald, de 14 años y futuro ciclista, que se unieron a su padre Germán y a su novia Xiomara, que le han seguido durante la prueba.
Tras entrar en meta Bernal se dirigió directo hacia ellos, intercambiando abrazos y sentidas bendiciones.
«Lo había soñado, ¡pero no tan pronto!», dijo Flor a la televisión colombiana al aterrizar en París después de haber brindado con champán cruzando el Atlántico.
Una de las primeras imágenes que dejó la etapa fue una animada conversación entre el maillot amarillo y Julian Alaphilippe, que lo lució durante 14 días, manteniendo viva la esperanza francesa de terminar con la maldición de 35 años sin ganar ‘su’ carrera. Fue elegido ‘supercombativo’ de esta edición.
– Movistar, mejor equipo –
Casi tres horas y media después, el australiano de bolsillo Ewan (Lotto) tuvo el privilegio de levantar los brazos en los Campos Elíseos, por tercera vez en este Tour, al ganar en un apretado esprint.
En las clasificaciones anexas, el francés Romain Bardet ganó el maillot de lunares al mejor montañero, un premio que le sirve para endulzar su rendimiento. No falló a su cita con el verde de la regularidad el eslovaco Peter Sagan, ganador por séptima ocasión, récord absoluto.
El Movistar ganó la clasificación por equipos, pero provocó estupefacción en no pocas etapas por sus estrategias, difíciles de comprender. Sus tres líderes acabaron en el ‘Top-10’ -Mikel Landa (6º) y Alejandro Valverde (9º), además de Nairo Quintana (8º)- pero estuvieron siempre lejos de pelear por el triunfo final.