Valle de Ferganá (Uzbekistá).- Situado en un campo en pleno corazón del valle de Ferganá de Uzbekistán, el invernadero de Shaodatkhon Oripova no es ya la sencilla estructura que era antes. Ahora le dan vida unos sensores digitales conectados a internet, por medio de los cuales esta agricultora de 62 años puede controlar la temperatura, la humedad ambiental, la luz y la humedad del suelo.
“Antes, gran parte de las ganancias se me iban en pagar las facturas de los suministros y comprar abonos”, dice ella, madre de tres hijos, cuya explotación produce hierbas, tomates, limones, maíz y trébol.
Ahora Shaodatkhon puede regular mejor estos insumos mediante los sensores. Si es necesario ajustar algo en el invernadero, le suena una alarma en el teléfono móvil.
Estos sensores fueron especialmente útiles en verano cuando el calor extremo y la falta de agua incidieron en la producción del invernadero. Mientras que otros agricultores sufrían grandes pérdidas, ella pudo mantener su producción casi a los niveles del año anterior.
Shaodatkhon sabía bien lo que era el arduo trabajo y los altibajos de la agricultura. “Nací en el seno de una familia de agricultores, y me he dedicado a la agricultura toda mi vida, pero no ha sido fácil”, dijo.
Ahora las labores agrícolas han cambiado. Shaodatkhon explica que, con la tecnología digital, cada día es una nueva experiencia de aprendizaje. Dispone de más tiempo para otras actividades, tales como comercializar sus productos, dedicar tiempo a su familia y mejorar su educación y su calidad de vida.
Shaodatkhon figura entre los agricultores que participan en el proyecto “Agricultura inteligente para las generaciones futuras” de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Este proyecto está estrechamente ligado a la Iniciativa de las 1 000 aldeas digitales, que se introdujo en las aldeas de Novkent y Yuksalish en el valle de Ferganá de Uzbekistán en 2023.
La Iniciativa de las 1 000 aldeas digitales es un programa emblemático de la FAO que tiene la finalidad de transformar al menos 1 000 aldeas de todo el mundo en centros digitales.
Con esta iniciativa se pretende promover la transformación rural y empoderar a las comunidades por medio de la digitalización y los enfoques participativos para combatir el hambre, la pobreza y la desigualdad. La Iniciativa de las 1 000 aldeas digitales ayuda a los agricultores a acceder a la tecnología para impulsar la producción, facilita el acceso a los servicios rurales y mejora los medios de subsistencia.
Pero no va dirigida solo a los agricultores. La FAO ofrece programas de capacitación también a los jóvenes de la zona. En un campamento de programación se enseñó a los jóvenes a replicar sensores inteligentes.
Al concluirse los programas de capacitación, en noviembre de 2023, se celebró una hackatón de las aldeas digitales. De ella surgieron varias soluciones innovadoras basadas en la tecnología agrícola para los problemas a los que se enfrenta la población rural del valle de Ferganá.
El hecho de que sigan impartiéndose periódicamente talleres de innovación colaborativos, conocidos como “laboratorios vivos”, también proporciona una plataforma de vital importancia para el intercambio entre agricultores, expertos e innovadores.
En esas sesiones, los agricultores como Shaodatkhon y su familia examinan las dificultades a las que se enfrentan, por ejemplo calentar el invernadero durante el intenso frío invernal. Entre otros temas sobre los que se intercambiaron ideas con diversos actores locales y expertos se incluyeron la escasez de agua, las faltas de la infraestructura y el acceso limitado a servicios de extensión fiables.
En vista de que las tecnologías avanzan a una velocidad vertiginosa, Shaodatkhon dice que espera con impaciencia futuras innovaciones en ámbitos tales como las soluciones de riego inteligente y la energía renovable para su invernadero.
La FAO está ampliando la escala de la Iniciativa de las 1.000 aldeas digitales, en Asia Central y otros lugares, trabajando en estrecha colaboración con las comunidades rurales para comprender sus problemas más acuciantes y los resultados que desean alcanzar, determinar las tecnologías agrícolas más acordes con las necesidades de cada comunidad, y apoyar las comunidades en sus procesos de transformación digital.