Washington (AFP) – Las deportaciones de inmigrantes indocumentados en Estados disminuyeron durante los tres primeros meses de la administración de Donald Trump a pesar de su compromiso para intensificar expulsiones.
Datos del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) demuestran que 54.564 personas fueron deportadas del país por violaciones en inmigración y otras leyes en los tres meses después de que el Presidente Donald Trump tomó posesión el pasado 20 de enero.
Éso implica una caída del 12 por ciento en relación con el mismo período el año pasado, y más de un tercio más bajo que a principios de 2014, aun cuando la administración de Trump ha intensificado sus esfuerzos de arrestar a inmigrantes indocumentados.
ICE no explicó la disminución, que continúa una tendencia que comenzó en 2014 bajo el ex presidente Barack Obama, que intentó ser más clemente con los casos de los inmigrantes que no eran criminales violentos.
Pero los datos de la inmigración de TRAC, un grupo independiente, muestran que las cortes de la inmigración se han abrumado con los casos de deportación.
Los casos pendientes han aumentado de unos 100.00 a casi 540.000 desde finales de 2015. El caso promedio toma alrededor de 600 días para que se resuelva, después de una larga espera para comenzar los procedimientos.
Trump ha prometido expulsar a muchos de los más de 11 millones de personas que viven en forma ilegal en el país, aun cuando muchos han estado aquí por décadas y tienen hogares, familias y trabajos a largo plazo.
La administración de Trump dice que su enfoque está en extranjeros criminales indocumentados, particularmente aquellos implicados en pandillas violentas y el comercio de las drogas. Un poco mas de la mitad de ésos deportados desde el 20 de enero eran criminales, similares a la proporción bajo la administración de Obama.
Sin embargo, la semana pasada The Washington Post informó que mas de la mitad de los 675 inmigrantes detenidos en las semanas posteriores a la toma de posesión de Trump eran personas sin condena criminal o con solamente ofensas del tráfico.
ICE dijo que el 90 por ciento de los 163 detenidos con ofensas del tráfico habían sido condenados por conducir borrachos, por lo que ICE los considera una amenaza de seguridad pública y merecen la deportación.