Ginebra (AFP) – La alta comisionada de los Derechos Humanos de la ONU, la chilena Michelle Bachelet, advirtió este jueves que persiste una grave crisis de libertades en Nicaragua por la represión de las protestas por parte del gobierno de Daniel Ortega.
«Las violaciones de derechos humanos no han cesado», dijo Bachelet en la sesión 43 del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra, al documentar «detenciones arbitrarias», «acoso» y «violaciones» a las libertades.
«Los homicidios de personas campesinas y la situación de los pueblos indígenas (…) son tema de preocupación», agregó.
Hasta el 31 de diciembre, «más de 98.000 nicaragüenses habían salido del país, sin condiciones básicas para un retorno seguro», lamentó.
Según la alta comisionada, dirigentes y colaboradores de las organizaciones de víctimas «que reclaman justicia, verdad y reparación», siguen «siendo objeto de amenazas e intimidaciones».
«El derecho a la protesta pacífica es sistemáticamente negado», dijo Bachelet, quien señaló que los manifestantes son dispersados «abruptamente» o atacados «violentamente» por «elementos pro-gubernamentales».
Además señaló que defensores de derechos humanos, periodistas, opositores, miembros de la Iglesia Católica y exdetenidos «sufren repetidos actos de intimidación y acoso».
Bachelet reiteró su llamado a «reanudar el diálogo con los diferentes sectores de la sociedad nicaragüense, y a avanzar con reformas electorales» que garanticen que las próximas elecciones «sean justas, creíbles y transparentes».
Nicaragua vive desde abril de 2018 una ola represiva de protestas que exigen la salida de Ortega, acusado por sus detractores de gobernar desde hace 13 años de manera «dictatorial». Más de 300 personas han muerto.
Grupos opositores surgidos de las protestas formaron el martes una coalición para enfrentar a Ortega, que no descarta postularse en 2021 para un cuarto mandato.