San Salvador (AFP) – En la cama 62 del moderno Hospital El Salvador, un paciente con covid-19 se debate entre la vida y la muerte mientras médicos salvadoreños y sanitarios españoles luchan por salvarlo. Poco después, la esperanza de mantenerlo con vida se desvaneció y un clima de tristeza llenó el lugar.
Fue una escena conmovedora en la sala de cuidados intensivos del nuevo hospital para pacientes covid-19, donde el personal tomó las manos del paciente y le llamaron por su nombre para animarlo, pero fue imposible salvarle la vida.
Esas escenas las ha vivido un equipo de 28 sanitarios de la Fundación SAMU de España, que desde el pasado 29 de julio se encuentran como voluntarios para ayudar en el Hospital El Salvador.
«Todos somos voluntarios y nuestra misión consiste en acompañar al personal salvadoreño en el desempeño profesional en el hospital», explicó a la AFP el director del grupo, Juan González Escalada.
En el equipo figuran médicos, enfermeras, auxiliares de enfermería y otros especialistas que permanecerán en el hospital para ayudar hasta fines de agosto.
Cada uno de ellos se ha encargado de preparar, orientar y capacitar a personal del hospital en aspectos para una mejor atención de pacientes con covid-19.
«Con el personal español ha sido un momento de aprendizaje para todo el equipo del hospital. Ellos traen una experiencia previa, ellos ya sufrieron el pico de la pandemia y tienen sus maneras en el abordaje del paciente», comentó a la AFP la directora del Hospital El Salvador, Laura Miranda.
En un pabellón acondicionado como sala de capacitación se encontraba la enfermera española Lucía Sánchez, de SAMU, quien capacitaba en gestión administrativa del paciente a Kevin Aguilar, jefe de enfermería de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
«Debemos prepararnos lo mejor que podamos ante esta situación y nuestra misión es transmitir esa experiencia, ese apoyo al personal salvadoreño», indicó Sánchez a la AFP.
Hospital de choque
El hospital, que entró en funcionamiento en junio pasado, fue construido en las instalaciones de un centro de ferias y convenciones y es considerado por el gobierno como uno de los más modernos de Latinoamérica.
Tiene 1.000 camas de cuidados intensivos y hasta el jueves había 307 pacientes ingresados, según cifras del centro médico.
Áreas de la UCI cuenta con equipamiento médico de punta, aunque otras aún no han sido acondicionadas debido a la falta de presupuesto.
El hospital cuenta con laboratorio, banco de sangre y un centro de monitoreo equipado con cámaras especiales con sensor de temperatura y de reconocimiento facial.
Los ingresos al área hospitalaria siguen un riguroso protocolo de bioseguridad. Nadie ingresa sin traje de protección.
Corredor de la muerte
Una zona fuera del hospital ha sido acordonada para crear un pasillo, donde cintas rojas a los lados indican que está prohibido cruzar: es el lugar por donde son sacados los cuerpos de fallecidas en el hospital.
Un grupo de empleados vestidos con trajes blancos de bioseguridad se encargan de ayudar a sacar los cuerpos del área de hospitalización envueltos en sábanas blancas y montados en una camilla, lejos de quienes ahí trabajan.
Son llevados a una morgue a unos 200 metros del pabellón principal a la espera de que sean reclamados por sus familiares.
Los cuerpos que permanecen en el cuarto refrigerado solo pueden ser retirados del lugar por empleados de funerarias, mientras sus familiares no pueden acercarse.
La tristeza es notoria en aquellos que llegan a reclamar el cuerpo de su familiar fallecido, y contrasta con aquellos que acuden a recoger a su familiar recuperado.
«Mi padre murió por el coronavirus, y es un dolor para toda la familia. Hoy venimos a reclamar el cuerpo y no podemos verlo», dijo a la AFP una joven que sumida en el llanto prefirió el anonimato, mientras esperaba a que una funeraria pudiera retirar el cuerpo de su familiar.
«Nosotros tenemos la misión de colaborar en que se pueda tener un mejor trabajo, y creo que la labor nuestra es ayudar a las personas sin importar el sacrificio que hagamos», agregó a la AFP Saray Gutiérrez, otra enfermera del equipo de SAMU.
El Salvador registraba hasta el miércoles, 21.993 casos del nuevo coronavirus, entre ellos 584 fallecidos.