Elizabeth Robles tiene un niño de seis años al que se le diagnosticó autismo cuando tenía 18 meses.
“En mi corazón sentía que en algo era diferente. Lo llevé al pediatra y lo diagnosticaron temprano. Ahora se comunica mejor”, dijo Robles, durante la caminata anual por lucha contra el autismo, en donde participó a nombre de su hijo Sebastián.
A Robles y su familia los motiva la importancia que se encuentre una cura para el autismo y la difusión de información sobre ese padecimiento, especialmente entre la comunidad latina.
“Veo en la escuela a donde va mi niño que la mayoría de los papás son hispanos y no saben los servicios que hay, los derechos que tienen los niños”, dijo Robles, quien estuvo en la caminata con otros 44 miembros de su familia. “Yo lo sé porque investigo, porque quiero todos los servicios que hay para él”.
Una caminata en contra del autismo
Miles de personas como Robles y su familia participaron este sábado en la decimocuarta caminata anual por la cura del autismo, organizado por Autism Speak. La caminata se llevó a cabo en los alrededores del estadio Rose Bowl en Pasadena, con una ruta de 5 kilómetros (3.1 millas) y una más corta, alrededor del estadio.
El evento coincidió con la celebración del Día Internacional de Concientización sobre el Autismo y más de cincuenta y cinco mil personas se inscribieron para participar en el mismo.
“Nos reunimos como comunidad para enviar el mensaje de concientización a los individuos y familias”, dijo Jennifer Jones, directora de desarrollo de campo de Autism Speak del Sur de California. “El autismo no escoge raza, edad o rostro. Afecta a todo tipo de personas”, añadió Jones, resaltando que 1 de cada 68 niños en Estados Unidos padece de autismo.
“En los próximos años tendremos unos 500 mil adolescente en transición a la edad adulta que necesitaran ayuda con servicios, empleos y oportunidades de vivienda”, dijo Jones. “Tenemos que hacer algo desde ahora”.
Además, la caminata sirvió como un recurso para reunir fondos para ofrecer recursos a la quienes lo necesiten en las comunidades del Sur de California. La meta impuesta de este año de reunir 1.9 millones de dólares.
“Es la más alta que hemos tenido hasta ahora pero siempre estamos empujandonos a obtener un poco más”, dijo Jones
Familias y amigos unidos contra el autismo
Los participantes se agrupaban en equipos con los nombres de sus organizaciones o el miembro de la familia que padece autismo. Camisetas y pancartas multicolores adornaban el trayecto recorrido. Un grupo representando a una organización del Sur Centro de Los Ángeles caminó al ritmo de música tocada por ellos mismos.
Además de la caminata, los asistentes tuvieron acceso a una feria de información sobre los distintos programas y organizaciones que ofrecen servicios para los niños y adultos autistas. La feria, destacó Jones, fue la más grande del mundo, con más de 120 casetas de información.
Información, considera Lorena Arias, es algo que necesitan mucho los padres latinos.
“Cuando comenzamos con él no había mucha información pero ahora hay mucha difusión, hay más personas que prestan atención a los síntomas.”, dijo Arias, cuyo hijo de 14 años fue diagnosticado con autismo cuando tenía tres.
“Yo sospechaba que era autista pero como no sabía exactamente que era, tuve que buscar un rato hasta que lo diagnosticaron. Desde allí comenzó a recibir las ayudas necesarias”, dijo Arias, poco después de culminar su caminata.
Información, clave para el diagnóstico del autismo
Arias considera que a veces hay niños a los que se tarda en diagnosticarse porque sus padres no quieren aceptar que deben buscar ayuda para sus hijos.
“No debemos negarnos a los síntomas que estamos viendo. Mientras más tardemos en reconocerlo, mas tardaremos en buscarle ayuda a ellos”, dijo Arias.
Fue lo que le ocurrió a Yuriana Jacinto. Ella no quería aceptar que tal vez su hijo Israel, de doce años, necesitaba ayuda por lo que solo lo diagnosticaron cuando tenía siete.
“Yo nunca había escuchado lo que era el autismo. Desde los tres años me empezaron a decir que él actuaba de una manera diferente”, dijo Jacinto, quien vive en Perris, condado de Riverside. “Cuando entró al kínder, su maestra me ayudó bastante. Ella me aconsejó que hablara bien con su pediatra”.
Jacinto ha participado con su familia en la caminata desde hace dos años como una forma de lucha por la igualdad de los niños con este tipo de padecimiento.
“Tenemos que hacer conciencia de lo que es el autismo y para que todos los niños tengan una igualdad. Porque aunque tengan un problema, todos los niños son iguales, no importa que tengan autismo o Síndrome de Down”, dijo Jacinto.
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