Caracas (AFP) – El barril de petróleo de Venezuela cayó este viernes por debajo de los 10 dólares, ubicándose en 9,9 dólares, un retroceso a niveles mínimos en dos décadas que promete mayores dificultades económicas para el país caribeño cuando enfrenta el nuevo coronavirus.
La cotización de la canasta de crudo venezolano cedió 23,2% en la última semana al bajar de 92,03 a 70,62 yuanes por barril (de 13,01 a 9,9 dólares), informó el ministerio de Petróleo, que anuncia desde 2017 las cifras en yuanes, en vez de dólares, como protesta a las sanciones financieras de Estados Unidos contra el gobierno de Nicolás Maduro.
Así, los precios colapsan a niveles de 1998, cuando la media anual fue de 9,38 dólares.
El derrumbe internacional del petróleo, vinculado con la falta de demanda que provoca la ralentización económica a causa de las medidas de confinamiento por la pandemia de COVID-19, puede convertirse en «un Armagedón» para Venezuela, altamente dependiente de las exportaciones de crudo, según un especialista.
«Es una situación sumamente extrema. Venezuela normalmente necesitaría precios de más de 30 dólares para que sea atractivo seguir perforando y pagar regalías (…). Lo que estamos viviendo es una especie de Armagedón», dijo el experto petrolero Francisco Monaldi esta semana en un encuentro con la Asociación de Prensa Extranjera en Venezuela.
Los costos de producción de un barril venezolano, según especialistas, están alrededor de 18 dólares.
Es un golpe más para una economía con hiperinflación y seis años de recesión, con vías de financiamiento bloqueadas por las sanciones estadounidenses.
Aunque experimentó una ligera recuperación en los últimos días, el petróleo vivió una semana negra, en la que el barril de referencia de Estados Unidos llegó a cotizarse en valores negativos (-37,36 dólares por barril el pasado lunes) por la insuficiente capacidad para almacenar los enormes excedentes de producción por la caída de la demanda.
– Sin flujo de caja –
«¡A Venezuela no la detiene ni petróleo a 10 ni a menos 10!», dijo días antes Maduro en una alocución televisada, asegurando que el país se ha «entrenado» para ello.
Sin embargo, alrededor del 80% de los ingresos de Venezuela en 2019 provinieron del petróleo, según la consultora privada Ecoanalítica.
«El margen de maniobra» de Maduro «es muy limitado», subrayó el economista José Manuel Puente.
El desplome de los precios se une en el caso venezolano a una menguante producción. La oferta de Venezuela ha caído a pique, a los niveles de mediados de los años 1940.
En consecuencia, el flujo de caja se reduce cada vez más en un país que depende de importaciones.
Ya la pérdida de valor del petróleo en las últimas semanas disparó la escasez de combustible, con largas filas de vehículos ante gasolineras en Caracas, que se había mantenido a salvo del desabastecimiento que afecta desde hace años a amplias regiones del interior.
– Bonanza muy lejana –
Entre 2004 y 2015, el país con mayores reservas de crudo del mundo recibió unos 750.000 millones de dólares por exportaciones petroleras.
Altos picos se registraron en 2011 y 2012, cuando el promedio anual del barril de petróleo venezolano estuvo en 101,06 dólares y 103,42 dólares, respectivamente.
Los precios empezaron a caer a partir de 2014, agudizándose la crisis económica, que ha provocado el éxodo de 4,9 millones de personas desde finales de 2015, según la ONU.
Y la cotización actual está muy por debajo de los promedios anuales de 2019 (56,70 dólares el barril) y 2018 (61,41 dólares).
Sin liquidez, el gobierno emite dinero para cubrir el agujero fiscal y ello alimenta la inflación. La caída del crudo esta semana coincide con un repunte importante de los costos de alimentos y medicinas en plena cuarentena por el coronavirus, con 318 contagios confirmados y 10 muertos. El bolívar, la moneda local, se deprecia a la vez aceleradamente.